Tras el lanzamiento al mercado del iPhone 13, Apple enfrenta un importante obstaculo que afectará su fabricación obligandolo a reducir en 10 millones la producción de sus teléfonos móviles.
De esta forma, la compañía estadounidense producirá 80 millones de unidades de los 90 millones planeados inicialmente. Esta decisión se debe a que los proveedores de componentes para procesadores de Apple, Texas Instruments y Broadcomm, no han sido capaces de proporcionar suministros suficientes.
Los elementos que escasean están destinados a la elaboración de los circuitos de las pantallas OLED de los nuevos iPhone 13, así como de los componentes de conectividad a la red.
Estos problemas de suministro se enmarcan dentro de la escasez global que afecta a la industria de los semiconductores, utilizados para la fabricación de procesadores y que afecta a marcas y dispositivos electrónicos de todo el mundo desde mediados de 2020.
El iPhone 13, lanzado en el Apple Event durante el martes 14 de septiembre, cuenta con sus versiones PRO, PRO Max y mini. El Pro tiene un panel OLED Super Retina XDR de 6,1 pulgadas, con un brillo de más de 1000 nits, y un notch (la muesca en la pantalla que esconde los sensores del FaceID) que es un 20 por ciento más pequeño que los modelos anteriores.