Para no deshidratarse durante la actividad física, y más ahora en época de calor, es importante seguir una serie de consejos:
– Bebé líquidos en abundancia antes, durante y después de la actividad física. Llevá una botella de agua si no hay fuentes de agua disponibles en el lugar donde te ejercitás.
– Bebé antes de sentir sed (señal física de deshidratación) y frecuentemente, pero no ingieras líquidos en grandes cantidades. Lo recomendable es un par de sorbos cada 15 minutos durante la actividad.
– Detenete para beber si necesitás hacerlo. Mantenerse hidratado permitirá mejorar tu rendimiento y recuperarte físicamente del ejercicio con más rapidez.
– Reemplazá el peso del agua. Pesate antes y después de la actividad usando la misma ropa o desnudo. Bebé tres vasos de agua u otro líquido por cada ½ kilo perdido. De ese modo lograrás que el balance de líquidos vuelva a la normalidad. La próxima vez que te ejercites, bebé más líquido antes de comenzar. Si, por el contrario, pesaste más luego del ejercicio, planeá beber menos la próxima vez.
– Chequeá el color de su orina. Si es oscura, indica deshidratación. Bebé más líquidos para conseguir un tono pálido y casi incoloro.
– Si sentís calor, tomá el agua en vez de mojarte la cabeza con ella. Es la única manera de rehidratarse y enfriar tu cuerpo de adentro hacia fuera.
– El agua fría es una buena opción para mejorar el rendimiento. También podés elegir jugos de frutas u hortalizas, aguas saborizadas sin azúcar o jugos light.
– Usá ropa liviana y suelta, que permita la pérdida de humedad. La ajustada no permitirá que la transpiración se evapore.