Esta película viene circulando por internet desde finales de 2018, cuando comenzó a expandirse el mito de la maldición que la acompaña. Se dice que la cinta fue grabada originalmente en 1979 por una productora búlgara independiente y que durante su estreno el teatro donde se proyectó se prendió en fuego, acabando con la vida de las 56 personas que estaban en la función.
Después de eso trató de ser presentada en varios festivales de cine durante de década de los ochenta, pero sus programadores la rechazaron. Luego se sabría que todos murieron en extrañas circunstancias.
Como Janes Hilbert, del Festival Jones Park, quién murió de una convulsión 24 horas después de ver Antrum. Ella se encontraba en una cafetería discutiendo con un colega a quien le decía que no aceptaría la película en el festival, cuando colapsó en el suelo y falleció. O Tony Stylum del Festival de Cine de Colorado, que a la mañana siguiente de ver el film se electrocutó con un electrodoméstico de su cocina, causándole la muerte.
Y el caso más raro de todos, el de Joe Barriger del Festival de Cine de La Jolla, que estando en la playa pocas horas después de ver Antrum pisó un pez piedra -uno de los peces más venenosos del mundo cuya toxina es capaz de matar a una persona- que lo picó cerca de su abdomen inyectándole su poderoso y letal veneno.
Antrum es un documental falso o ‘mockumentary’, muy bien hecho por cierto, que logra recrear casi a la perfección una película hecha en la década de los 70 y consigue construir a su alrededor toda una mitología lo suficientemente plausible como para hacerte cuestionar durante los 30 segundos previos al inicio de la película, si sería buena idea mejor no verla.