Este 4 de mayo se cumplen 11 meses del primer título en la historia de Colón, con la obtención de la Copa de la Liga Profesional en el estadio Bicentenario de San Juan, tras superar en la final a Racing por 3-0. Un hecho que sentó precedente en el fútbol de Santa Fe y, a medida que pase el tiempo, tendrá un mayor reconocimiento. Justo este miércoles el equipo superó a Cerro Porteño 2-1 para soñar con la clasificación en la Copa Libertadores. Una forma inmejorable para esperar el aniversario número 117.
Ni bien terminado el encuentro en el Brigadier López, la gente fue palpitando la vigilia de este amor incondicional. Como dijo alguna vez Napoleón, «el hincha no razona, se apasiona». Así es la gente de Colón y por eso, desde el equipo Diez en Deportes, en la voz de Fabián Mazzi, se le hace un reconocimiento al club en esta fecha. ¡Imperdible!
Las luces de Santa Fe se reflejan en el Centenario. Hay una vida inmodificable y propia, tan parecida a todas y a ninguna.
Cada hincha tiene capítulos entrañables con la roja y negra. Escuchando sus vivencias, sensibiliza la piel, emociona el corazón.
Cada sabalero tiene su travesía en la historia de Colón. Días de fiesta, de angustia, de delirio. Todos los estados de ánimo que un simpatizante puede vivir.
En estos 117 años, el grito llega desde el fondo de la historia, que es vieja como el viento, pero todavía sigue soplando. ¡Colon viejo nomás!
No le sobra originalidad ni fantasía al grito... Pero es el alarido que sale de las entrañas cuando llegamos a esta fecha...
Como respuesta emocional, y emociona de un sueño cumplido: lograr la estrella. La primera que cualquier equipo anhela. ¡Y el fervor perdura! Que en cada grito, en cada centro, vuela un cuento.
En cada mano elevada al cielo, hay una síntesis de fe. De creencia. En una síntesis de vida y pasión representada con estos colores.
Disfrutamos de tantos nombres, tantos goles, tantos partidos.
El Sabalero es gente de corazón, abierto y garganta preparada para dar rienda suelta a su amor.
El hincha tiene la felicidad en el pecho. Y acaricia el mundo entre sus manos.
Está feliz por lo logrado y como un chico festeja, llora, abraza, habla, grita y goza.
También hay nostalgia, porque los logros de hoy tienen connotaciones históricas.
Uno mira la platea y no hay dudas que ese señor que está ahí, que ya supera los 70 años, pisó por primera vez la cancha desde niño, traído por su papá, por tu tío. Como dijo alguna vez el doctor René Favaloro: "La tensión sube las pulsaciones, pero si uno sabe adaptarse a la situación, el corazón no se queja" y la mejor manera de afrontar las tensiones es vomitarlas en un grito y eso hace el hincha para festejar 117 años.