Dos de los últimos estudios publicados sobre este tema lo tienen claro: el contacto con la naturaleza es bueno para la mente y el cuerpo.
El simple hecho de sentirse conectado con la naturaleza y los espacios verdes puede tener un impacto positivo en el bienestar.
¿Por qué la naturaleza y las zonas verdes pueden mejorar nuestra salud?
Un estudio recién publicado ha examinado la relación que existe entre el contacto con la naturaleza y la ingesta dietética.
Los resultados de los investigadores sugieren que un mayor contacto con la naturaleza se asocia con una mayor ingesta, y más variada, de frutas y verduras. Por tanto, una forma de promocionar el consumo de verduras y frutas es vivir cerca de una gran zona verde.
Se une a estas conclusiones un manual publicado hace unos días en la prestigiosa Annual Reviews que habla principalmente de la carne y la sostenibilidad. El consumo de carne actual y futuro puede producir problemas económicos, sociales, ambientales y de salud.
Entramos por tanto en un ciclo en el que si consumimos más frutas y verduras, y menos carne, mejoraremos nuestra salud y la del planeta. Por consumo de carne poco saludable para la salud nos referimos a un exceso de carne roja y al consumo de carne procesada.
Contacto con la naturaleza y entrenamiento
Tener una gran zona verde al lado de casa, o vivir dentro de esa zona verde, nos invita a salir a caminar, correr o a la práctica de cualquier actividad física. Sin embargo, esa ayuda extra no se produce si vivimos rodeados de edificios y tráfico.
Contacto con la naturaleza y estrés
Muchas son las personas que han cambiado de vivienda por la pandemia de COVID-19. La sensación de estar encerrado, con poca luz solar en algunos casos, ha hecho que aquellas personas que han podido se hayan trasladado a otros lugares más cercanos a la naturaleza.
Estando en contacto con la naturaleza, el estrés puede controlarse mejor, y si tenemos menos estrés, tendremos mayor salud física y mental. Los espacios abiertos también inducen a tumbarnos con amigos para un picnic o a practicar algunas de las muchas actividades físicas que se ofertan al aire libre.
Aumenta de esa forma la sociabilización y el contacto con los demás, la otra pata de la salud: el bienestar social. Todo lo comentado nos lleva a concluir con la misma frase que hemos utilizado en el primer párrafo: el contacto con la naturaleza es bueno para la mente y el cuerpo.