El exceso de secreción sebácea del cuero cabelludo puede generar que, aún y lavándote el cabello cada día, éste nunca se vea 100% limpio y suelto. Y ahí empieza la pesadilla del cabello graso: cuanto más sucio lo ves, más necesidad sentís de lavarlo.
Pero, la solución no siempre está en aumentar la frecuencia de lavado. La clave está en la manera en que lo hagas.
1. Cepillalo antes del lavado
Así eliminarás los posibles nudos y enredos, el exceso de suciedad, productos de styling y demás partículas que se hayan podido acumular.
2. Elegí un shampoo específico para cabello graso
Estos productos están formulados para regular el exceso de sebo y reequilibrar el pH de la piel. Se presentan en fórmulas ligeras y refrescantes que no aporten peso al pelo y limpien en profundidad.
En cuanto a la fórmula, fijate que incluya ingredientes astringentes y reguladores del sebo como jengibre, romero, tomillo, menta, té verde, cítricos como el limón o el aceite de árbol de té, pues destacan por sus grandes propiedades purificantes. También podés usar aceites esenciales con estos ingredientes, poniendo dos gotas en el shampoo.
3. Agua tibia
El agua caliente agrava más la secreción excesiva de sebo. Por el contrario, el agua tibia o fría (si podés soportarla) te ayudará a estimular la circulación sanguínea del cuero cabelludo, lo que generará menos producción sebácea y te ayudará a cerrar la cutícula, evitando que la suciedad y el exceso de sebo penetren en la fibra capilar.
4. Masajeá bien durante el lavado
Hacelo siempre suavemente con las yemas de los dedos y nunca rascando con las uñas. Esto estimulará la circulación sanguínea del cuero cabelludo, regulando la producción sebácea. Realizalo durante unos tres minutos con movimientos circulares, sin olvidarte las zonas de la nuca y detrás de las orejas.
5. Regulá la cantidad de acondicionador y mascarilla
Son fundamentales en los cabellos deshidratados pero hay que tener cuidado en cabellos grasos. Elegí fórmulas específicas para pelo graso y aplicá solo de medios a puntas.
6. No te excedas con la cantidad de producto
Para el shampoo, la cantidad del tamaño de una nuez es suficiente. Podés adaptar más o menos esta cantidad dependiendo de la largura de tu melena.
7. No lo laves cada día
Los lavados demasiado frecuentes empeoran la sobreproducción de sebo. Si creés que no aguanta limpio de un día para otro y necesitás una ayuda extra, probá el shampoo en seco en las raíces para absorber el exceso de sebo, algo que permite espaciar mejor los lavados. No abuses de él, ya que en cueros cabelludos sensibles podría deshidratar la piel y aumentar el problema o hacer que aparezcan otros, como la caspa.
8. Exfoliá el cuero cabelludo
Te ayudará a mantener tu pelo limpio más tiempo, a regular la aparición de grasa y eliminará los residuos de células muertas y suciedad acumulados en el cuero cabelludo.
Recordá limpiar tu cepillo de forma habitual con agua tibia, de manera de que elimines todos los restos adheridos de sebo, suciedad, pelitos y productos. Además, evitá tocarte constantemente el cabello, ya que hace que todas las partículas y bacterias que se acumulan en las manos pasen directamente a tu melena, ensuciándola aún más.