Mañana podría ser un día clave en el armado final del plantel tripero, ya que mientras está al caer la renovación del contrato de Cristian Tarragona, también Ramón Sosa deberá tomar una decisión acerca de su futuro, ya que mientras su salida a Talleres quedó en stand by, hizo caso omiso a la carta documento enviada por el club y volvió a ausentarse del entrenamiento de sus compañeros en Estancia Chica.
En el caso de Cristian Tarragona, su continuidad parece ser una de las pocas buenas noticias para los hinchas triperos en cuanto al armado del plantel. Si bien Unión de Santa Fe se mostró interesado y Lanús lo sondeó aunque no tiene tiempo para esperarlo, el acuerdo con Gimnasia está cerca.
Hoy, las diferencias son formales y tienen que ver con un plus por objetivos (una suerte de productividad, ya que en términos de contrato básico el ofrecimiento de Gimnasia fue menor al contrato anterior) y con el monto de la cláusula de salida: el jugador apuesta por un regreso exitoso y el club no quiere que -en caso de que eso suceda- a los cuatro meses de su regreso a la canchas se vaya por una cifra que no mueva la aguja y no le permita conseguir un reemplazante a la altura. En ese tira y afloje, las cuestiones de fondo parecen estar acordadas y se espera una respuesta afirmativa del representante del futbolista, Uriel Pérez.
Cristian Tarragona se encuentra en la última etapa de recuperación de la intervención quirúrgica a la que fue sometido el 25 de junio por una ruptura de ligamentos cruzados. Cerca del alta médica, luego llegará el turno de la puesta a punto física y del alta futbolística, a veces subjetiva porque depende de la importancia que el entrenador le da al futbolista y el grado de necesidad del equipo a la hora de contar nuevamente con el jugador. Seguramente “Tarragol” no tendrá la inactividad de 9 o 10 meses que en su momento tuvieron Nicolás Contín y Alexis Domínguez ante lesiones similares.
En cuanto a la situación de Ramón Sosa (originada en la falta de Gimnasia que nunca pagó por su pase ni a Tembetary ni a Olimpia), ahora el conflicto tomó otra arista porque quien está en falta es el propio jugador: Gimnasia no tiene una deuda con él que le permita pedir la libertad de acción y ante la rebeldía de ausentarse de los entrenamientos, el club le envió una carta documento. Ayer Sosa tampoco apareció por Abasto y hay silencio de radio de parte de su representante Daniel Campos, a la vez gerenciador de Tembetary.
El origen del conflicto está en la intención de Campos de llevarse al jugador a cambio de la deuda (que a Gimnasia lo tiene inhibido por parte de Olimpia) mientras que en calle 4 pretenden un resarcimiento económico que al menos de acerque a la cláusula de salida, pactada en dos millones y medio de dólares oir el 50% de la ficha que el Lobo compró pero nunca pagó. Y que la nueva dirigencia ya ha adelantado que tampoco estará en condiciones de afrontar.