Según un informe, elaborado en colaboración entre la NASA y prestigiosas universidades, se indica que la flamante galaxia descubierta se habría creado durante la expansión inicial del universo. Esté hecho, se estima que ocurrió hace 320 millones de años, después del Big Bang, según estudios dados a conocer el miércoles 5 de abril.
Los primeros resultados del telescopio James Webb (JWST), que empezó a funcionar en julio de 2022, identificaron numerosas galaxias observadas en el espectro infrarrojo. La tecnología consiste en una longitud de ondas invisible para el ojo humano que permite remontar mucho más atrás en el tiempo, aunque cuanto más lejos están las galaxias más difíciles son de detectar, puesto que su señal luminosa es muy escasa.
Sin embargo, el telescopio tiene una poderosa capacidad de observación en infrarrojo, que, combinado con la espectroscopia, analiza la luz proveniente de un objeto para determinar sus elementos químicos. De esta manera, se localizó la existencia de viarias galaxias. Este dispositivo espacial fue lanzado por fuera de la atmosfera en diciembre de 2021 y, desde ese momento, concretó varios hallazgos para la ciencia.
Las galaxias que fueron localizadas están situadas en el extremo rojo del espectro, es decir, que están muy lejos, con una edad que oscila entre los 300 y los 500 millones de años tras el Big Bang, según estudios publicados en Nature Astronomy. La "gran explosión", que dio origen al universo, se estima que ocurrió hace 13.800 millones de años.Posterior a ese momento, el espacio atravesó lo que los científicos denominan un período de reionización.
El concepto de reionización se refiere al período de transición de lo que era conocido como “épocas oscuras”, volviéndose a activar y produciendo una gran cantidad de estrellas. La galaxia más lejana localizada por la misión en estas horas, fue bautizada JADES-GS-z13-0. Uno de los autores del estudio, Stéphane Charlot del Instituto de Astrofísica de París, en un reportaje para AFP explicó: “Se formó 320 millones de años después del Big Bang y su luz es la más distante observada hasta la fecha por los astrónomos “.
El Webb fue desarrollado para ver todos sus objetivos de una manera muy particular: en el espectro infrarrojo. Su antecesor, el telescopio Hubble, había sido diseñado para ser predominantemente sensible a la luz en las longitudes de onda ópticas o visibles, el mismo tipo de luz que detectamos con nuestros ojos.
Existen antecedentes de descubrimientos similares por telescopios espaciales. La existencia de la galaxia GM-z11, de unos 450 millones de años después del Big Bang, había sido detectada por el telescopio Hubble. Las galaxias que están siendo observadas son muy poco masivas: apenas un centenar de millones de masas solares, en comparación con los 1,5 billones de la Vía Láctea. En cambio, son “muy activas a la hora de formar estrellas, en proporción con su masa”, detalló el astrofísico francés.
“La formación de las estrellas se está realizando al mismo ritmo, aproximadamente que la Vía Láctea. Sorprendente en ese estadio inicial del universo”, añadió Charlot. Por otro lado, esas galaxias son “muy pobres en metales”, un descubrimiento que confirma las teorías usuales de la cosmología: cuanto más cerca del origen del universo, menos tiempo tuvieron esas estrellas para formar moléculas complejas.
En febrero pasado, el James Webb localizó un grupo de seis galaxias de 500 a 700 millones de años de edad tras el Big Bang, aparentemente mucho más masivas de lo previsto. Si la existencia de esas galaxias se viera confirmada por la espectroscopia, eso podría cuestionar parte de las teorías sobre la formación del universo.
El telescopio espacial Webb es una misión internacional liderada por la NASA, la ESA y la agencia espacial canadiense. Fue colocado finalmente a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra, costó 10.000 millones de dolares y tardó tres décadas en construirse. La misión JWST fue lanzado a bordo del cohete Ariane desde el puerto espacial Kourou en Guayana Francesa, con el objetivo de buscar las primeras estrellas que alumbraron el cosmos. Equipado con un espejo de 6,5 metros de ancho y cuatro instrumentos de altísima sensibilidad, Webb intenta detectar la luz que ha estado viajando a través de la inmensidad del espacio por más de 13.500 millones de años.