Andrea, mamá de Alejo Véliz, contó la historia del delantero de la Sub 20, que lleva dos goles en dos partidos en el Mundial. “Siempre le digo lo mismo: ‘Ale, dale para adelante: vale la pena’”. Andrea atiende a Olé desde Bernardo de Irigoyen y hace un esfuerzo para no quebrarse. A la mamá de Alejo Véliz le cuesta procesar todo lo que está ocurriendo. Y lo rápido que todo pasó.
Ayer nomás el nene estaba ganando el premio al malambo solista en Cosquín y hoy es el 9 goleador de la Sub 20: metió uno frente a Uzbekistán y otro ante Guatemala, ambos de cabeza.
“Acá en el pueblo barrí calles, trabajé para la comuna… Y no me avergüenzo de decirlo: todo lo que yo ganaba y sacaba era para Alejo, para que pudiera seguir su carrera. Su sueño. Y ahora él me está dando la mejor alegría”, dice mientras mira por la tele como su hijo se sube al micro para viajar rumbo a San Juan.
Andrea, en la entrevista, también reconoció que Alejo jugaba en inferiores en Colón, y remarcó: "Mis viejos estuvieron siempre al pie del cañón. Yo laburaba en la comuna y lo poco que sacaba era para Alejo, para llevarlo a las prácticas, como cuando se fue a probar a Colón".
"Ahí quedó y teníamos que viajar todos los días. Y a mí la plata no me alcanzaba. Entonces sus abuelos lo llevaban: arrancaban temprano y volvían a la una o dos de la mañana. Y al día siguiente, otra vez…", recordó la mamá del goleador.
Y cerró: "El tema es que en Colón no había lugar en la pensión y teníamos que trasladarnos. Así estuvimos un año viajando hasta que él mismo se dio cuenta de que la plata no alcanzaba, porque mis viejos son jubilados. Entonces dijo 'hasta acá llegué'".