Una jueza decretó la “inhibición general de bienes” de un empresario que figura como “socio” de la fallida empresa Turismo Felgueres, que defraudó a miles de clientes que pagaron más de 17 millones de dólares por viajes que nunca pudieron realizar.
La jueza de Instrucción María Fabiana Galetti dispuso la medida sobre los bienes de César Daniel Valero Guzmán, de nacionalidad venezolana, quien aparece en los registros legales como dueño del diez por ciento de las acciones de Luxury Travel Corp S .R .L .
Según surge del Boletín Oficial, Valero Guzmán “resulta ser socio gerente suplente de la SRL Luxury Travel Corp. y titular del diez por ciento de las acciones”.
La medida fue dictada “habida cuenta la ruinosa situación financiera actual tanto de la firma Luxury Travel Corp S.R.L. como de su socio Gerente suplente Cesar Daniel Valero Guzmán a fin de evitar que puedan enajenar sus bienes y de tal forma reducir el acervo a investigar en la presente pesquisa”.
“No es dable descartar que, como responsable también de tal firma, hubiese tomado parte de las maniobras aquí pesquisadas y también que como tal pudiera llegar a desprenderse de bienes lo que en definitiva entorpecería futuros reclamos y obligaciones patrimoniales para con los eventuales damnificados”, sostiene la resolución.
La medida busca evitar que “Valero Guzmán pueda asegurar o deshacerse las cosas o ganancias que son el producto o el provecho de las maniobras que aquí se investigan y con el objeto de no frustrar un eventual decomiso”.
La medida fue dispuesta “sin perjuicio de aclarar que pese a la profusa investigación llevada adelante por ese Ministerio Público aún no se ha reunido el plexo cargoso tal que lleve a interpretar que corresponde, al menos de momento, el llamado a indagatoria”.
“No obstante, estimo prudente el dictado de la inhibición general de carácter preventivo hasta tanto se produzca el mencionado llamado a indagatoria”, dijo la jueza.
La resolución valoró negativamente el “falaz compromiso, construido de la manera descripta, de la realización de los viajes, la fachada de solidez y confianza de la empresa se construyó con teóricas vinculaciones con personas de renombre, con la participación de las empresas reconocidas o con popularidad, con la utilización de los propios contratantes -a muchos de los cuales se les cumplió, en un comienzo, con los viajes pactados para consolidar una falsa situación de confianza- que servía para generar credibilidad en los negocios –y por tanto que más personas contrataran–, lo que en realidad no eran más que una pantalla para hacerse de fondos propios”.
“Los gastos de marketing fueron solventados por los ahorristas y no con fondos propios de la compañía”, abunda la resolución.