En la ciudad de Coronda, reconocida por su gran producción de futillas, faltan trabajadores. Tras superar dos grandes granizadas que afectaron al 60% de la producción, ahora el problema radica en la falta de manos para recojer la cosecha.
“Esto no es exclusivo de la frutilla; pasa en muchas economías regionales. Hay poca gente que trabaje para levantar estas cosechas. Casi todos los que lo hacen son trabajadores golondrinas que cuando están terminando la cosecha en un lugar parten hacia otro. Acá, cuando la piedra dañó la parte final de la campaña frutillera, en la última semana de octubre, ya no quedaron muchos trabajadores. La mayoría se fue a la ciruela, a la uva, al ajo, al kiwi, al arándano y a la aceituna”, explicó el intendente corondino y uno de los principales productores frutilleros de la zona, Ricardo Ramírez.
El político y productor agropecuario recordó los malos momentos que vivieron a fines del mes pasado por la granizada, acompañada por intensas lluvias y fuertes vientos, que ocasionaron daños totales en unas 170 hectáreas destinadas al tradicional cultivo, con una pérdida de 1,4 millones de kilos de frutilla.
“Es lamentable que ello suceda porque es la fruta de final de campaña que se deriva a la industria. Y es una pérdida de ingresos muy importante para los productores. Pero así son las cosas. Casi nadie quiere trabajar en este tipo de explotaciones. Solo lo hacen los obreros golondrinas pero estos ya tienen todo acordado con otras producciones y se van. Los de acá no se interesan porque se las arreglan con los planes (sociales) y la asistencia que le brindan los gobiernos de cada pueblo”, se lamentó.