Queda claro que Rubén Botta es la figurita del mercado. La mayoría lo quiere y no sorprende, ya que fue el mejor jugador de Colón y, con el descenso consumado, que siga es una utopía. Si bien es cierto que tiene contrato hasta diciembre de 2024, está cantado que se irá. Por un lado, porque es casi imposible de sostener por su salario y, por otro, ante la cantidad de pretendientes que tiene.
A los sondeos ya conocidos de Estudiantes y Talleres se sumó Boca. Atendiendo a que en dicho club hay elecciones el domingo, trascendió en Buenos Aires que hace algunos días Raúl Casini se comunicó con el entorno del jugador para tentarlo. Lógicamente el jugador prefiere seguir en Primera y ni hablar en un equipo como el Xeneize, que tendrá Copa Sudamericana.
Eso sí, el volante o el club que lo quiera deberá resarcir al Sabalero por el acuerdo que tiene firmado. Está claro que habrá predisposición, más que nada por necesidad, pero no sin que haya algo a cambio. Así también con muchos otros jugadores.
De todas maneras, también dependerá de si Juan Román Riquelme es elegido presidente. Un Botta que volvió a la Argentina por pedido de Pipo Gorosito y plasmó que su talento está intacto, aunque no alcanzó para que Colón no descienda. Ahora con tantos pretendientes, asoma como ciclo terminado.