Lewis Hamilton no finalizó el fin de semana como esperaba. A pesar de su optimismo inicial, respaldado por sólidos tiempos en los entrenamientos, las expectativas del siete veces campeón de Fórmula 1 se desvanecieron durante la clasificación y la carrera. El Gran Premio de Japón de Mercedes estuvo marcado por una estrategia desfavorable y una falta de ritmo evidente.
El británico comenzó la carrera con el compuesto medio, pero la bandera roja en la primera vuelta llevó al equipo a cambiar por los duros con la intención de evitar paradas adicionales. Desafortunadamente, esto resultó contraproducente, ya que no proporcionaron el rendimiento esperado, dejando a Hamilton vulnerable a ser superado por sus rivales.
Además, la degradación fue más rápida de lo anticipado, lo que obligó a realizar otra parada para finalizar la carrera. En este último cambio, se montaron medios usados, limitando aún más sus opciones de recuperación.
Al respecto, dijo: "No creo que cambiara nada, no sé qué habría pasado, pero igualmente tuvimos que correr con los terribles neumáticos duros".
Luego apuntó contra su equipo: “Tuve algo de daño al principio y sufrí un increíble subviraje en el primer stint y no pude girar el coche en las curvas, por lo que perdí tiempo. Pero el problema principal fue que los duros fueron fatal y los medios habrían ido mucho mejor. Tendríamos que haber optado por dos medios pero en general, el auto fue muy malo", concluyó.