El Banco Central de la República Argentina (BCRA) redujo a 70% anual la tasa de política
monetaria desde el 80% previo.
Esta decisión es consecuencia de la desaceleración inflacionaria y de la decisión del BCRA de mantener los rendimientos de los ahorristas por debajo de la inflación.
Tras esta medida los bancos reducirán la tasa de interés que pagan por plazos fijos acentuando la licuación de los ahorros.
Al asumir la actual conducción del BCRA se dispuso que la tasa de interés baje de 133 a 100% y el mes pasado sumó un nuevo recorte a 80%.
En ese momento, la autoridad monetaria también desactivó la obligación de los bancos a pagar una tasa de interés mínima por depósitos a plazo fijo, para fomentar la competencia entre las entidades bancarias.
La reducción de la tasa de interés también favorece las cuentas del Central ya que pagará menos interés por los pasivos remunerados, una de las principales preocupaciones del presidente, Javier Milei y del equipo económico.
El stock de Pases pasivos es de cerca de $33 billones, los cuales generan un interés diario.
A su vez, la baja de la tasa puede estimular la aparición del crédito en momentos en que se agudiza la recesión.
Por otra parte, una caída en los rendimientos de los plazos fijos puede impulsar a los ahorristas a desprenderse de esas inversiones, pasándose al dólar, lo que apuntalaría su valor en momentos en que la oferta aumenta.