Viernes de adaptación. Así fue la primera jornada del GP de China, quinta fecha de la 75ª temporada de Fórmula 1. En el retorno del Mundial a Shanghai, lugar que no visitaba desde 2019 por la pandemia de Covid-19, pilotos y equipos debieron trabajar de cero en muchos aspectos en la pista asiática por el tiempo que no iban y si algo faltaba… ¡Llegó la lluvia en la clasificación para el sprint!
Los escollos que los protagonistas se encontraron en el circuito chino fueron varios. De entrada, el formato del fin de semana, porque el calendario diagramado por FIA y F1 eligió a la pista de Shanghai para la disputa del primero de los seis sprint programados. Así, el único entrenamiento libre del fin de semana resultó un tiempo corto como para que las escuderías y los corredores pudieran tener una información profunda del trazado. La lejana visita de 2019 había sido con otro tipo de autos, algunos pilotos jamás habían corrido allí y por más simulador que se utilice, sacar conclusiones de la realidad es fundamental. Así, con pocos giros y un resultado alocado, con Lance Stroll adelante, las dos Ferrari atrás, los Haas en la pelea, se cerró el entrenamiento y todo quedó listo para la clasificación del sprint.
En el medio, un detalle no menor. Supuestamente, según se comunicó desde la organización del Gran Premio, la pista de Shanghai fue reasfaltada. Sin embargo, el trabajo que se hizo fue darle una mano de pintura de alquitrán para cubrir las pequeñas piedritas que se desprendían. Así, el asfalto fue en jeroglífico también. Y si a todo eso le faltaba algo, la lluvia para la Q3 de la clasificación del sprint. Y otra vez a adaptarse.
Si poca información tenían pilotos y equipos sobre el trazado chino en seco, en mojado directamente no tenían ni idea. Y ahí sí, locura absoluta. La pista mojada provocó la danza de autos; nadie podía ir por lo gris. Ni el más pintado lo lograba. Max Verstappen se fue afuera en su primer intento. En el segundo, manejando con la puntita de los dedos y dosificando el acelerador a más no poder, iba bien, manteniendo su Red Bull en el asfalto hasta…. La última curva. Afuera otra vez el neerlandés. Recién en la tercera vuelta logró marcar un registro. Nadie se salvaba. Por ahí andaba Lewis Hamilton por afuera de la pista, un poco más allá Charles Leclerc haciendo trompo y rozando el muro… Nadie se salvaba de visitar la parte externa de la pista.
En el medio, los reglamentaristas comisarios deportivos no paraban de quitarles tiempos a los pilotos por exceder los límites. Ni que ganaran décimas yéndose 20 o 30 metros afuera de la pista, saltando por la grava. Las reglas son las reglas, pero a veces… Y ahí pasó Lando Norris para hacer el uno. Pero le sacaron el registro. El inglés de McLaren no se amilanó y fue por más. Otra vez adelante y de nuevo la muchachada de la FIA. Hamilton, mostrando que el talento está intacto y, con la pista imposible, a pura muñeca mostró que su Mercedes no anda, pero él sí. Tenía la pole, ya la disfrutaba, ya la celebraba el equipo y… La muchachada de la FIA le devolvió uno de los tiempos a Norris, quien finalmente se quedó con la pole para el sprint.
Cuando el semáforo se apague y comience el sprint, será mejor que Lando ni mire para atrás, porque habrá 12 títulos del mundo a sus espaldas: Hamilton completará la primera fila y la segunda la integrarán Alonso y Verstappen.
Pasó un viernes de adaptación y llegará un sábado igual. Porque el ritmo de carrera es casi un misterio para todos, porque no hubo una práctica en la que se pudiera probar profundamente. Y, además, se estrenará el nuevo formato de sábados con sprint: primero, la carrera corta (tiene un tercio de la extensión de la principal) y tres horas después se disputará la clasificación para el domingo. Claro, si algún piloto arriesga de más y rompe el auto, puede que se quede sin salir a la qualy que ordenará la grilla de la competencia que más punto reparte. ¿Habrá trencito y a cuidarse? Es posible, más aún si llueve, como está anunciado.