Saber decir que “no”, muchas veces no es fácil y requiere valentía, autoconocimiento y asertividad. Sin embargo, los beneficios que aporta a la salud física, mental y emocional son invaluables.
No se trata simplemente de una negación, sino de una afirmación de nuestra propia existencia. Al pronunciarlo, delimitamos nuestro espacio, definimos lo que estamos dispuestos a dar y lo que no, y protegemos nuestra energía vital.
Estas son algunas claves para comenzar a transitar el camino del cambio, según Yamila Martorell, Master Coach y vicepresidente de la Asociación Argentina de Coaching Ontológico Profesional (AACOP).
1- Reconocé el autosabotaje: son pensamientos inconscientes y que tienen el objetivo de mantener a la persona dentro de su zona de confort, dentro de la cual todo es fácil o, al menos, previsible. Miedos, temor al fracaso, baja autoestima son señales, creencias y huellas que habitan en la mente y aparecen de forma inesperada, adquiriendo el control e interfiriendo a los nuevos propósitos que uno se plantea. El primer paso es declarar una meta. Tener claro hacia dónde querés ir y habilitar en una zona de aprendizaje que permita accionar hacia lo nuevo, lo desconocido con confianza y sin miedo a equivocarnos.
2- Aceptá que no podés con todo: es una forma de dejar de satisfacer los deseos y las necesidades de los demás poniéndote a vos en primer lugar. Se trata establecer prioridades y ser consciente de que todo lo que hagas, es una decisión propia y tomada libremente. Estar en constante compromiso con la elección de tu camino.
3- Establecé prioridades: consiste en identificar aquello que contribuye de manera directa hacia el camino que querés ir, es momento de evitar desvíos, al menos los que dependen de vos. Siendo consistente se consigue firmeza para sostener una decisión, como la de decir que “no” o “basta a otra persona. Decir que no a otros, es decirte que sí a vos mismo.
4- Entrená el lenguaje corporal: no sólo hay que saber decir que no de palabra, también es importante expresarlo con tu cuerpo. Por ejemplo: mirar a los ojos de la persona a la que te dirigís, mantener tus brazos y manos firmes, no cruzar los brazos sobre el pecho o distraerte con objetos o accesorios que lleves puestos. Alinear tu corporalidad para estar en coherencia te permitirá encontrar las formas adecuadas para expresarte.
5- Hacete las preguntas que no te estás haciendo: las posibilidades aparecen cuando dejamos de hacernos siempre las mismas preguntas. Es momento de cuestionarte para trascender la incomodidad. Luego de tomar conciencia que otra realidad es posible a partir de las declaraciones del “no” y “basta”, podrás tomar la decisión de modificar todo lo que no te satisface en tu vida personal y en tu profesión, incluso con tu entorno familiar, de pareja y en todos los espacios de tu vida.
El “basta” aparecerá cuando puedas distinguir que hay algo en tu vida que ya no es aceptado por vos, por ejemplo, al sostener “esto no puede seguir así”. Entonces estarás admitiendo que querés cambiar. Plantearte interrogantes para reflexionar respecto de tu presente te abrirán paso al diseño de tu futuro. ¿Esta es la vida que me tocó? ¿Puedo hacer algo para cambiarla? ¿Estoy donde quiero estar? ¿Me siento a gusto acá? ¿Qué cambios quiero hacer por mi dignidad y felicidad? ¿Quién estoy siendo y quién quiero llegar a ser?