Luego de la derrota ante Platense, estaba la expectativa por lo que tenía que decir Cristian González en Unión. Sobre todo, luego de la respuesta del presidente Luis Spahn a sus dichos. Cuando se le consultó solo dijo "no voy a hablar de mi continuidad".
Bajó claramente los decibeles en un síntoma de que las cosas ya no estarían a su favor. Para colmo, el rendimiento del equipo viene en bajada y la clasificación a la Sudamericana se sigue demorando con cada vez menor margen y con dos partidos límites por delante.
Igualmente, se trabaja para que Kily continúe y en la conformación del próximo plantel, que podría variar si será con participación internacional, lo que demandará mayor cantidad de jugadores. El mandamás rojiblanco ya le habría hecho saber que se incrementará el presupuesto pero, por lo que pudo saber Diez en Deportes, con una decisión clara: no se hipotecará el club.
Spahn sería firme en este sentido, en no traer jugadores rutilantes que no se puedan pagar. Es probable que justamente el técnico quiere nombres fuertes para dar el salto de calidad y aproveche, por ejemplo, se buena relación con el presidente de Boca, Juan Román Riquelme, en busca de opciones sin lugar.
En Unión quieren hacer una inversión, pero sin descuidar la administración, algo que se mantiene inalterable hace varios años. Habrá que ver si esto le alcanza a Kily para aceptar el desafió y quedarse en Santa Fe.