Unión volvió otra vez con las manos vacías de visitante. En este caso, perdió con Platense en un estadio donde le cuesta un montón aunque sea sumar. Duele además por ser un rival directo en la lucha por llegar a la Sudamericana y porque ahora se vienen dos rivales todavía más complicados, como Vélez y Defensa y Justicias para intentar alcanzar la victoria que le permita sellar la clasificación.
Quizás la derrota fue demasiado castigo en un partido pobre y casi sin emociones, pero la realidad que se escapa por un error. Detalles que frenan el crecimiento del equipo. Todo lo contrario, una involución que lleva ya tres caídas en fila, lo que complica el escenario para el cierre.
Dentro de este contexto hay un dato no menor: le volvieron a marcar un penal en contra. Es al que más le sancionaron, con siete (seis fueron goles), lo que se volvió una mala tendencia. En algunos casos, con fallos polémicos, pero este último con razón por más que haya sido muy fina.
Esto preocupa e inquieta a Kily, que se mostró molesto por estas fallas que echan por la bordar el trabajo y esfuerzo que se hace. Será cuestión de tratar de mejorarlo en los encuentros que quedan para concretar el deseo de coparse internacionalmente en 2025.