La caída frente a Agropecuario en Carlos Casares volvió a poner sobre la mesa una realidad que preocupa en el mundo Colón: el equipo santafesino tiene una clara deuda pendiente cuando juega fuera del Brigadier López. A diferencia de lo que ocurre en casa, donde supo construir buenos resultados y rendimiento aceptable, el rendimiento como visitante se ha convertido en un obstáculo que amenaza con condicionar sus aspiraciones de ascenso.
El Sabalero comenzó su camino en la Primera Nacional con el pie derecho lejos de Santa Fe, imponiéndose por 1 a 0 ante Mitre de Santiago del Estero. Sin embargo, ese buen arranque quedó rápidamente relegado por una serie de resultados adversos que muestran una tendencia preocupante: derrota 2-1 frente a Almirante Brown, empate 1-1 con Gimnasia de Mendoza, y la reciente caída por 2 a 1 ante Agropecuario. Así, Colón solo cosechó 4 puntos de 12 posibles como visitante, con una efectividad del 33,3% y una diferencia de gol negativa de -2.
Fortaleza en casa, pero no alcanza
En contraposición, el equipo dirigido por Ariel Pereyra ha sido mucho más sólido en condición de local. Aunque en su última presentación en el Brigadier López cayó 1-0 frente a Gimnasia de Jujuy, las estadísticas globales lo respaldan: en cinco encuentros como local, sumó 10 de 15 puntos posibles, con tres victorias (ante Nueva Chicago, Chaco For Ever y Central Norte), un empate (Temperley) y esa única derrota. Su rendimiento como anfitrión asciende al 66,6%, con una diferencia de gol positiva de +3.
¿Cómo revertir la tendencia?
Está claro que si Colón quiere ser protagonista real en esta zona B tan competitiva, necesita mejorar de forma urgente su producción fuera de casa. La diferencia entre el rendimiento local y visitante es una brecha que le está costando puntos valiosos en la tabla, y que puede convertirse en un factor decisivo en la lucha por los puestos de vanguardia.
El próximo desafío ante San Telmo, en casa, será una oportunidad para volver a la senda del triunfo. Pero más allá del resultado inmediato, el gran desafío de Colón es encontrar la forma de competir con la misma solidez en cualquier cancha. Porque para subir, no alcanza solo con hacerse fuerte en el Brigadier: también hay que saber sumar en el camino.