No fue una noche cualquiera en Avellaneda. Independiente tenía todo en contra: el cansancio acumulado, un rival duro y un calendario que no perdonó. Sin embargo, el Rojo se las arregló para sumar tres puntos clave ante Boston River y alimentar la ilusión en la Copa Sudamericana. Fue 2-1, con un final infartante y un equipo que sacó fuerzas de donde no había.
La previa ya pintaba complicada. Venían de jugar en la altura de Potosí, de empatar ante Lanús en la Liga y con poco más de 48 horas de descanso debieron medirse con los uruguayos. Por eso, las palabras de Julio Vaccari post partido no fueron solo declaraciones: “Una noche de Copa en esta cancha se vive con mística y el triunfo fue con un poco de eso también”, soltó. Y agregó: “Ese gol de ellos y esos minutos finales, yo creo que hay algo dando vueltas y los chicos lo supieron aprovechar. Eso también es muy valorable”.
El DT también se deshizo en elogios al compromiso del plantel: “Lo de estos jugadores me emociona. Los centrales no estaban para jugar y empujaron hasta el último minuto. Si les llego a decir de tirar un partido, me matan”. El primer tiempo le costó al Rojo, sin claridad ni espacios. Pero en el segundo, con los cambios y algo más de movilidad, llegó el premio.
Vaccari explicó los ajustes tácticos que cambiaron la cara del equipo: “Nos estaba costando encontrar los espacios entre líneas. La idea era que los internos con buen pie tuvieran más opciones de pase y que no se nos metan atrás”, analizó.