En medio del escándalo por corrupción en Brasil, el expresidente había asumido esta mañana. La ceremonia tuvo un pico de tensión cuando la oposición gritó "vergüenza" y los del PT les devolvieron: "No habrá golpe".
Lula juró ante su discípula en un acto realizado en el Palacio presidencial de Planalto, que fue cercado por cientos de personas que expresaban su apoyo al gobierno o su rechazo al ingreso del exmandatario al Gabinete.
A la ceremonia asistieron decenas de parlamentarios de la base oficialista, que recibieron a Lula y a Rousseff al grito de "no habrá golpe", en alusión al trámite con miras a un posible juicio político contra la mandataria, que será retomado hoy en la Cámara de Diputados.
También estaban presentes legisladores de la oposición, algunos de los cuales gritaban "vergüenza" y se enzarzaron en un breve duelo de coros con el oficialismo.
Las escuchas que agravaron la crisis fueron divulgadas este miércoles por el juez Sergio Moro, del sureño estado de Curitiba y responsable de la investigación en la petrolera estatal Petrobras, que afecta a decenas de políticos, entre los que está el propio Lula.