El presidente interino de Brasil, Michel Temer, que asumió hoy en el lugar de la suspendida Dilma Rousseff, brindó un discurso cargado de optimismo, tras la suspensión de Rousseff luego de que el Senado decidiera abrir un juicio político y separarla del cargo por 180 días.
"Mi primera palabra al pueblo brasileño es confianza. Confianza en la vitalidad de nuestra democracia, de la recuperación de la economía, del potencial que tiene Brasil, en sus instituciones sociales y políticas y en la capacidad para enfrentar las grandes dificultades", precisó Temer.
"Es urgente pacificar a la nación y unir a Brasil. Hay que hacer un gobierno de salvación nacional, de partidos políticos y organizaciones organizadas y unidas, para sacar al país de la grave crisis en la que se encuentra", agregó el nuevo mandatario.
Y enfatizó que "el diálogo es el primer paso para enfrenar los problemas y volver a crecer".
"Individualmente nadie tiene las mejores recetas. Nosotros, el gobierno, el Parlamento y la sociedad, vamos a encontrar las herramientas necesarias. Debemos devolver la credibilidad en Brasil, tanto en el sector externo como interno, en miras de su crecimiento".