La carrera presidencial de en los Estados Unidos no tiene respiro. A los continuos exabruptos del candidato republicano, Donald Trump, se suman también los coletazos de un caso que todavía no deja de darle dolores de cabeza a Hillary Clinton: el uso de servidores privados -y no públicos- cuando era Secretaria de Estado, algo que está estrictamente prohibido por la ley norteamericana.
A solo 11 días de las elecciones, que serán el próximo 8 de noviembre, el director del FBI, James Comey, informó hoy que el organismo volverá a investigar los correos electrónicos de la ex funcionaria y actual aspirante a suceder a Obama, porque tuvieron "conocimiento de la existencia de mensajes que parecen ser pertinentes para la investigación".
"El FBI tuvo conocimiento de la existencia de mensajes de correo electrónico que parecen ser pertinentes para la investigación", indicó en una carta Comey dirigida a los presidentes de varios comités del Congreso.
El director del FMI dijo que está "de acuerdo en que el FBI debe tomar medidas de investigación apropiadas para permitir a los investigadores revisar estos mensajes de correo electrónico para determinar si contienen o no información clasificada, así como para valorar su importancia para nuestra investigación".
Comey, quien indicó haber sido informado del asunto este jueves, añadió que "el FBI aún no puede determinar si el material es o no significativo" para la investigación ni cuánto tiempo llevará determinar su impacto en la misma.
La polémica por los correos electrónicos se desató a comienzos de 2015, cuando los medios estadounidenses revelaron que, durante sus cuatro años en el Departamento de Estado, Clinton usó en todo momento una cuenta personal para sus comunicaciones, con un servidor privado.
El pasado mes de julio, Clinton fue sometida a un interrogatorio de más de tres horas en el cuartel general del FBI sobre este asunto, y días más tarde el Departamento de Justicia decidió cerrar el caso por recomendación de la oficina de investigaciones, quien no encontró indicios para presentar cargos en su contra.
No obstante, en aquella ocasión, Comey indicó que la exsecretaria de Estado había actuado de manera "extremadamente descuidada" con el manejo de la información al frente de la diplomacia estadounidense.