El viernes 18 de noviembre, en la Plaza del Cristo de La Habana Vieja, Silvio Rodríguez llegó a los 77: a esa cantidad de recitales en su “Gira por los barrios” de La Habana. Hoy celebra otro número en tiempos arduos: Silvio Rodríguez Domínguez cumple 70 años de vida.
El cantautor y poeta nació en 1946 en San Antonio de los Baños, se crió en una familia campesina y se volvió un ícono mundial del movimiento de la Nueva Trova Cubana junto a Pablo Milanés, Vicente Feliú y Noel Nicola. Se lo considera -con Ernesto Lecuona- el mejor compositor del siglo XX en Cuba y en 1997 fue nombrado Artista UNESCO por la Paz. Hoy, a sus 70 años, Silvio Rodríguez sigue de gira con su guitarra por los barrios cubanos más pobres.
Es un mito viviente de la trova: el arte de combinar belleza poética y melódica con el compromiso para con los pueblos de América latina. Con 50 años de carrera, Rodríguez es otro de los símbolos de la Revolución Cubana, que dio un nuevo giro el viernes 25, cuando falleció a los 90 años su líder Fidel Castro. Pero la visión de la Revolución en Silvio Rodríguez -que incluso fue diputado en Cuba- nunca fue burocrática: su defensa siempre se acompañó de señalamientos sinceros desde adentro.
“Hicimos cotidiano este hábito de ir y cantarle a la gente; seguimos haciendo lo que empezamos a hacer hace muchos años”, explicó Silvio el 26 de mayo de 2015 en el CCK de Buenos Aires, al presentar el libro Por todo espacio, por este tiempo, con testimonios de la “Gira por los barrios”. “Así fue como empezamos a cantar: en casa, en los patios, en zaguanes, en escaleras. Ese instinto primigenio nunca lo abandonamos”, agregó el creador de Unicornio, Ojalá, La maza, Te doy una canción, Como esperando abril, Sueño con serpientes, Rabo de nube, Canción del elegido, El necio, entre tantas canciones que plasmó en 18 discos de estudio, varios en vivo (y cientos aún inéditas).
Pareciera que Silvio Rodríguez estuvo siempre en el aire de Latinoamérica. Pero fue hace 41 años cuando editó su primer disco, Días y flores, poniendo en diálogo la trova tradicional y los cruces de jazz y rock del Grupo de Experimentación Sonora del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográfica (ICAIC). Allí comenzaba su carrera solista irrefrenable. Para Silvio, que ama a Los Beatles tanto como a la vieja trova y el son, las canciones no sólo sirven para entretener sino para transformar a la sociedad. Antes, a sus 15 años se sumó a las Brigadas de Alfabetización a campesinos cubanos, y en 1962 entró en la revista Mella como dibujante: allí recibió sus primeras lecciones de guitarra.
Veinte años después editaba su quinto disco Unicornio, con el tema del mismo título y Canción urgente para Nicaragua, con las que logró repercusión internacional. En 1984 llegaría a Buenos Aires junto a Pablo Milanés. En plena primavera democrática grabó el disco En vivo en Argentina junto a Víctor Heredia, Cuarteto Zupay, Piero, León Gieco, Antonio Tarragó Ros y César Isella. Mercedes Sosa ya interpretaba sus temas: desde entonces, Silvio Rodríguez es uno de los artistas más esperados y amados aquí. En los años ‘90 tuvo otro gran hito con su trilogía de discos Silvio, Rodríguez y Domínguez. Su último disco, hasta hoy, es Amoríos (2015).
El 18 de noviembre, en el concierto 77 de su “Gira por los barrios” en la Plaza del Cristo, en La Habana Vieja invitó a la joven rapera chilena Ana Tijoux, y fue acompañado por el Trío Trovarroco (donde toca su compañera, la flautista y clarinetista Niurka González). Lo presentó su amigo, el poeta y cineasta Víctor Casaus, y Vicente Feliú le entregó el Premio “Noel Nicola” por su labor de trovador.
¿Vísperas de cumpleaños? Apenas una semana después, la historia cubana tuvo un cimbronazo: murió Fidel Castro, y fue escueto en sus dichos (ver Un ser humano extraordinario).
Lejos de las polémicas y de los detractores, las canciones eternas de Silvio Rodríguez siguen estando adelante de todo.
Al enterarse del fallecimiento de Fidel Castro, en su propio blog “Segunda Cita” Silvio Rodríguez escribió: “Mis hondas condolencias a sus familiares, al pueblo de Cuba, al Mundo y a todo el Universo por la pérdida de uno de los seres humanos más extraordinarios de todos los tiempos”. Y nada más.