En Venezuela las cosas ya no tienen precio. Tienen valor de uso y de cambio. En las góndolas de los supermercados los productos escasean y la población tiene que hacer malabares para poder sobrevivir a la terrible crisis en la que está inmersa el país, con una inflación récord y faltantes de medicamentos en todos los hospitales.
Por eso Keika, un ama de casa que vive en Trujillo y que tenía que ingeniárselas para dar de comer a su familia, decidió tomar cartas en el asunto y publicar en internet algo que ella sí tenía y que quizá alguien necesitaba para así conseguir lo que ella requería.
Sí, Keika recurrió al trueque: colgó en la red una pasta dental y la ofreció a quien pudiera darle harina de maíz precocido para cocinar. Si bien el dentífrico es más barato que la harina, escasea más, por lo que se transformó en uno de los ítems más requeridos del país, de acuerdo a una nota publicada por el diario El Nacional.
Así, Keila cambió 4 dentífricos a un precio de 22 bolívares cada uno, por dos paquetes de harina, cuyo valor total es 36 veces más caro.
Pero ella no es la única. Son miles las personas que crearon páginas y abrieron cuentas en redes sociales para hacer trueque y dar con lo que precisan para el día a día.
¿Cómo se organizaron? Dado que la crisis golpea a todos por igual, armaron grupos divididos por partido político y lugar de residencia para acelerar los encuentros.
Una de estas comunidades de intercambio de productos se llama "Compras, Ventas e Intercambios (Caracas exclusivo)" y tiene 150.000 miembros. Todos los días, se postean cerca de cien anuncios. Otro de los grupos se llama "Compra-Venta-Trueques-Valera-Trujillo" y cuenta con 12.000 suscriptores.
Si bien desde el gobierno de Nicolás Maduro no recorren la magnitud del desabastecimiento del país y aseguran que la situación se debe a una guerra económica impulsada por los opositores al chavismo, la realidad de la mayoría de los venezolanos es otra: para ellos, la falta de productos de todo tipo alcanza alrededor de un 50 por ciento, por lo que todo vale a la hora de sobrevivir.