La noticia de la trágica muerte de Paul Walker en un accidente automovilístico el 30 de noviembre de 2013 en California, conmovió a todo el mundo. El actor de "Rápido y furioso" estaba en su mejor momento profesional cuando todo se derrumbó a sus apenas 40 años.
En primera instancia, los peritos habían determinado que Paul había perdido la vida instantáneamente. Lo cierto es que, cuatro años después, nuevas pericias revelaron que Walker seguía vivo cuando se incendió el auto.
Según el abogado de la familia del actor, la estrella de Hollywood murió calcinado ya que quedó atorado entre el tanque de gasolina y el motor. "Estaba respirando y no fue capaz de salir porque estaba atorado", afirmó.