Cuatro pilotos diferentes que representan a cuatro fabricantes y cuatro nacionalidades han logrado las victorias en esas cuatro citas de apertura.
Sébastien Ogier tuvo un debut de ensueño con M-Sport al alzarse con el triunfo en Monte Carlo antes de que Jari-Matti Latvala diera al Toyota Gazoo Racing la victoria en Suecia en sólo su segundo rallye tras 17 años de ausencia en el WRC.
Kris Meeke, de Citroën, puso fin a un comienzo de año malo con la victoria en México, pese a que casi la tiró por la borda cuando se salió a falta de 750 metros del final. Después Thierry Neuville terminó con su mala racha, tras ver sufrido accidentes cuando lideraba los dos primeros rallyes, y dominó en las carreteras de asfalto de Córcega para Hyundai Motorsport.
Fue en 1986 cuando el WRC disfrutó de un comienzo de temporada similarmente y establece una de las peleas por el título más abiertas durante muchos años.
Los cuatro ganadores se reunieron en Villa Carlos Paz el miércoles por la tarde para celebrar el hito previo al YPF Rallye de Argentina, quinta prueba de los trece programadas, que comienza en la localidad el jueves por la noche.
El director gerente del WRC, Oliver Ciesla, dijo que los coches nuevos, desarrollados para mejorar la reglamentación desde cero, habían tenido un gran impacto en un corto espacio de tiempo.
“Sabíamos que estos coches serían emocionantes. Su apariencia agresiva y su mayor rendimiento están trayendo sonrisas a los rostros de los fans, ya estén en el tramo o viéndolo por televisión”, dijo.
“Antes de la temporada había una gran sensación de impredecibilidad porque nadie sabía qué equipos, coches o pilotos marcarían el ritmo”.
“Lo que hemos presenciado hasta ahora ha sido excepcional con el drama aparentemente esperando en cada tramo. Lo único que puedo aconsejar a los aficionados para el resto de la temporada es esperar lo inesperado”, agregó.