El presidente de Brasil, Michel Temer, señalado por un poderoso medio de prensa como participante de una conversación en la que aparece admitiendo el pago de un soborno en un episodio de consecuencias políticas imprevisibles, suspendió hoy su agenda y se reunió con sus colaboradores y dirigentes más cercanos, a quienes les dijo que se siente víctima de una conspiración.
"El nos dijo que parecía una conspiración y negó haber actuado intermediando sobornos", dijo un senador que lo visitó por la mañana y pidió a Télam no ser identificado.
Temer fue presuntamente grabado por los dueños del mayor frigorífico el mundo, JBS Friboi, dando un supuesto aval para comprar el silencio del detenido ex diputado Eduardo Cunha, un cercano aliado y considerado el motor y cerebro del juicio político que destituyó de la jefatura del Estado a Dilma Rousseff, según la Red Globo de TV.
Folha de Sao Paulo agregó que en otra grabación el mandatario aparece dando información confidencial sobre una inminente reducción de las tasas de interés implementada por el Banco Central a los dueños del mismo frigorífico.
El escándalo alcanzó también al senador Aécio Neves, ex candidato presidencial derrotado por Rousseff en 2011, quien fue filmado pidiendo sobornos por unos 600.000 dólares al dueño del frigorífico JBS, Joesley Batista.
El juez de la corte Edson Fachin le suspendió el mandato como senador y ahora el Supremo Tribunal Federal deberá decidir si lo detiene, como ya ocurrió con la hermana del legislador, Andrea.
El suceso originó protestas y marchas callejeras que se desarrollaron anoche en las principales ciudades del país, y la bolsa de valores de Sao Paulo debió suspender sus operaciones por caer más de 10%, mientras que el dólar se disparó 5,7%, a 3,31 reales en la apertura de los negocios.
Las acciones de Petrobras se derrumbaron 18%.
JBS negoció una delación premiada en el marco de una investigación por corromper funcionarios y recibir durante la era del Partido de los Trabajadores (PT) créditos del banco de fomento estatal BNDES.