Los comicios legislativos, a los que están convocados 47,6 millones de franceses y que se celebrarán en dos rondas este domingo 11 y el 18 de junio, determinarán quién forma el Gobierno.
Si el partido de Macron, La República en Marcha (LRM), obtiene una mayoría en la Asamblea, el presidente podrá confirmar a Edouard Philippe como primer ministro y será capaz de convertir en ley sus propuestas en el Parlamento.
Las primeras proyecciones se esperan para las 20:00 horas, cuando cierran los centros de votación en las grandes ciudades. En el resto del país lo harán dos horas antes, según precisó la agencia DPA.
Según las encuestas, LRM conseguirá una victoria y junto con sus aliados sumará en torno al 30 por ciento de los votos. Gracias al sistema de votación mayoritario, por el que el ganador de un distrito se adjudica el escaño, Macron y sus aliados podrían obtener incluso más de 400 de los 577 puestos en juego en la Asamblea Nacional.
Los resultados finales no se conocerán antes de la segunda ronda el domingo 18 de junio. Para ser elegidos en primera vuelta los candidatos tienen que tener el 50 por ciento de los votos. Se estima que la participación electoral será baja, hace cinco años fue apenas del 57,2 por ciento.
Debido al temor a atentados terroristas, 50.000 policías custodian el proceso electoral. El martes pasado un hombre atacó con un martillo a un agente frente a la catedral de Notre Dame en París y fue reducido. En la actualidad está en prisión preventiva.
Las primeras semanas en el Elíseo han sido redondas para el nuevo presidente, quien ha sumado puntos sobre todo con sus apariciones y declaraciones en el terreno internacional. Ahora se sabrá si "la magia del estreno", según la definición usada por la canciller alemana, Angela Merkel, durante su encuentro en Berlín, se convierte en un éxito duradero.
Los socialistas de su antecesor, François Hollande, están hundidos. Además de ceder votos por el centro a favor de LRM, los están perdiendo por la izquierda en beneficio del movimiento La Francia Insumisa del ex candidato presidencial Jean-Luc Mélenchon, que quiere entrar por primera vez en el Parlamento.
Y los conservadores de Los Republicanos, que hace unas semanas confiaban en la posibilidad de ganar una mayoría legislativa, se encuentran de capa caída.
El nuevo presidente consiguió con una maniobra muy hábil atraer a políticos conservadores a puestos clave del Gobierno, entre ellos Philippe.
Por su parte, Le Pen, a quien se le ha abierto una crisis dentro del Frente Nacional tras la derrota frente a Macron, necesita mejores resultados que en 2012 para afirmar su liderazgo. Aquel año el FN consiguió apenas dos diputados