Se calcula que en los próximos 4 años habrá 20.000 millones de dispositivos conectados a Internet. Las personas -con sus celulares, relojes y demás wearables-, los hogares -con electrodomésticos inteligentes-, los vehículos tecnológicos y las ciudades modernas tendrán cada vez más sensores y objetos interactuando en el espacio virtual. Todo estará conectado.
Si tuviéramos que traducir esa actividad a consumo energético y gasto de baterías de las conexiones actuales, las promesas del llamado "Internet de las cosas"pasaría a ser más un problema que una solución.
Pensando en eso, un grupo de ingenieros y estudiantes de doctorado de la Universidad de Washington, en Seattle (EE.UU) comenzó a trabajar en una tecnología capaz de satisfacer esa demanda. Así fue como llegaron a crear el wifi pasivo: la herramienta que faltaba; un eslabón entre el presente y el futuro.
Vami Talla, el ingeniero indio que lidera el equipo de investigadores, habló sobre su nueva creación y la determinación de transformar el universo de la conectividad.
"Inventamos un nuevo tipo de wifi que promete reducir el consumo de energía en unas 10 mil veces. Cómo todo el mundo sabe, las conexiones actuales son muy poco eficientes. Si pensás que, en el futuro, estaremos rodeados de sensores y de dispositivos conectados a Internet, el wifi pasivo aparece como la gran solución que se necesitará", afirma Talla.
Él y su gente llevan 4 años de trabajo y experiencia en la retrodispersión y 2 abocados específicamente al desarrollo de este wifi. "Comenzamos a trabajar, en aquel entonces, pensando en un sistema aplicable a la medicina y a los wearables. Pero ahora vemos que esto también va a servir a para tener conectividad en toda la casa, a casi cero costo", añadió.
Anticipando el futuro
Internet de la cosas (IoT, por sus siglas en inglés) traerá un mundo de objetos conectados a la red: sensores, heladera, luces, televisores, alarmas. Pero también hay otros objetos que hoy no llevan tecnología pero que van a comenzar a tenerla.
"En el futuro próximo, incluso el papel higiénico, los posavasos y los jabones podrán estar conectados a la web y avisarnos, por ejemplo, si necesitamos reponerlos. Pero tener todas estas conexiones, con el wifi actual, sería completamente impracticable", afirmó el joven. Por empezar, requeriría un gran consumo de energía eléctrica, pilas y tiempo para cambiar y recargar las baterías de todas y cada de las cosas conectadas. Entonces, Internet de las cosas, en lugar de ser una solución se volvería un problema.
"Esta es la pieza que faltaba", afirma Talla, "lo que necesitan nuestros aparatos. Hoy la gente tiene solo 3 o 4 dispositivos conectados y todavía es humanamente posible cargarlos todos los días o cambiarles las pilas de vez en cuando. Pero pronto, este número se va a elevar a 100 por persona y a unos 1000 dentro del hogar. Con el wifi pasivo, básicamente algunas baterías podrán durar de 10 a 15 años".
Para comercializar esta solución, ellos mismos crearon una empresa a la que llamaron Jeeva Wireless. "El año que viene comenzaremos a vender wifi pasivo a los interesados en implementar nuestra tecnología en sus productos para que ellos, a su vez, puedan ofrecerla a sus clientes", contó Talla.