Tecnología - Whatsapp

Sábado 11 de Noviembre de 2017 - 09:25 hs

Los audios ya no nos pertenecen

La viralización de los mensajes de voz de WhatsApp está a la orden del día y genera cientos de memes o animaciones que ganan adhesión colectiva cuestionando la idea misma de privacidad.

"Te cuento Michelle, soy una cirujana, una mujer normal pero tengo determinados códigos de estética visual y de estética moral. Te lo digo a vos porque me caíste genial, porque sos una divina (.) Me parece que la gente que compró el Acqua difiere mucho de eso. La gente no se ve mala, se ve buena, pero se ve una gente que viene de barrios visualmente no muy buenos y la verdad es que no me divierte estar en Nordelta mirando el lago y viendo gente que en una reposera de Mar del Plata se va al muelle y toma mate". Ya todos sabemos de qué se trata, ¿no?

El audio de la "cheta" de Nordelta se viralizó esta semana y tuvo a un país pendiente de memes y actualizaciones. Pero este caso no fue el único. Desde el chat de padres que festejaban que un niño con síndrome de Asperger fuera separado de su clase hasta los audios de famosos como Araceli González, o Luciano Castro, la difusión de los mensajes privados está a la orden del día. Más allá de que los dichos en esos mensajes sean repudiables, ¿los audios que enviamos nos pertenecen o dejan de ser nuestros cuando los enviamos? ¿Dónde termina el ámbito privado y empieza el público?

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"Como sociedad no estamos identificando lo público de lo privado. Sobre el tema de difusión de mensajes privados, creo que hay crear dos hábitos: cortar con la difusión o evitar que se distribuyan contenidos que son de índole privada.

Tampoco se debe juzgar a la gente por conversaciones privadas como si fueran públicas. Más allá de la responsabilidad de lo que uno dice, no podemos diferenciar lo que es público y lo que es privado y eso no es sano", dice Sebastián Bortnik, miembro fundador de la ONG Argentina Cibersegura, asociación civil que se dedica a concientizar a la población sobre la navegación segura en Internet.

Otro punto que destaca Bortnik es que en el momento en que se comparte un contenido a través de Internet o WhatsApp se pierde el control del mismo. "Cualquier cosa que compartimos hoy podría pasar rápidamente al ámbito público".

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Fernando Tomeo, abogado especialista en tecnología y profesor de la Universidad de Buenos Aires, plantea que este tipo de viralización estaría alcanzado por el artículo 151 del Código Penal. "Éste dice que será reprimido con multa el que encontrándose en posesión de una comunicación electrónica que no esté destinado a la publicidad lo hiciere publicar indebidamente, si el hecho causare o pudiera causar perjuicio a un tercero. En este caso podría causar perjuicio por difamación o por afectación respecto a esas personas de las cuales se habla en el mensaje", resume.

"En el mejor de los escenarios -agrega Bortnik- si una persona es víctima de la viralización de un contenido privado podría accionar legalmente hacia quien lo envió primero, pero es imposible avanzar legalmente sobre todos los que reenviaron".

¿Y no hay responsabilidad del autor del mensaje? Bortnik es contundente: "Sí, pero una persona que dice algo privado debe responsabilizarse de las consecuencias en el mundo privado. No está bien que la gente pierda su privacidad".

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El gran dilema es que no se sabe con certeza cuál es el límite del ámbito privado. Poniendo el ejemplo del audio de la cirujana, ¿cuánta confianza había con Michelle? ¿Era realmente parte de su ámbito privado? "Tenemos que tener en claro los niveles de confianza con el destinatario porque el cuidado que van a tener con esa información no va a ser el mismo", resume el fundador de Argentina Cibersegura.

Fuente: La Nación-LT10