Los catalanes votan este jueves para decidir si devuelven o no el poder a los partidos separatistas dos meses después de la proclamación fallida de una república independiente que generó una grave crisis en la región y en España.
Con uno de sus principales líderes en prisión y el otro en Bélgica, los independentistas buscan revalidar la mayoría absoluta obtenida en 2015 con la que se sintieron legitimados para impulsar unilateralmente la ruptura.
Desde primera hora de la mañana se formaron grandes colas en los colegios electorales, que cerrarán a las 20. Los resultados se conocerán unas dos horas más tarde.
Para muchos electores, estos comicios son un plebiscito: "El voto de hoy es sí o no al independentismo en Cataluña", asegura Gloria García, teleoperadora de 57 años que vota en la periferia de Barcelona con una bandera española como bufanda.
"Y para mí es una cuestión de ser españoles todos", afirma esta vecina de Santa Coloma de Gramenet. En Vic, feudo nacionalista en el centro de Cataluña, las sensaciones son muy distintas. La independencia "está en el ADN de los catalanes", dice Eduard Garrell, un jubilado de 67 años.
La participación se prevé masiva y, según los sondeos, una quinta parte de los 5,5 millones de electores seguía indecisa.
El recuento se espera ajustado entre partidarios y detractores de la secesión de esta región mediterránea de 7,5 millones de habitantes y con una quinta parte de la riqueza española.
El parlamento regional proclamó el 27 de octubre la independencia, después de que el primero de ese mes los catalanes votaran en un referéndum de autodeterminación clandestino y marcado por la violencia policial.
Pero nadie reconoció la república y ese mismo día, el gobierno central de Mariano Rajoy intervino la autonomía catalana, disolvió el parlamento y destituyó al ejecutivo independentista de Carles Puigdemont.