El 15 de marzo de 2011 inició uno de los conflictos más cruentos de los últimos años, que azuzado por Occidente y especialmente por Estados Unidos (EE.UU.), busca derrocar el Gobierno legítimo que preside Bashar al-Assad en Siria.
Los llamados “rebeldes” por medios y voceros occidentales, tomaron armas para revocar al mandatario sirio con el apoyo de EE.UU. y de potencias regionales, como Arabia Saudita. Mientras que Irán y sobre todo Rusia, han formado alianza con Siria y han logrado enormes avances en la guerra.
La mitad de la población, unas 11 millones 600.000 personas, han sido afectadas por el combate bélico constante. Mujeres y niños destacan como las principales víctimas. Solo en los dos primeros meses de este año se calculan más de un millar de infantes muertos y heridos, la cifra más alta hasta ahora, según el Fondo de las Naciones Unidas para la infancia (Unicef por su sigla en inglés).
“Es una crisis muy larga. La gran mayoría de la población siria, de los civiles que soportan la violencia del conflicto y de la persecución, dependen de la ayuda exterior”, alertó Volker Turk, alto comisionado auxiliar para la Protección de Acnur.
Si bien en 2015 el grupo terrorista autoproclamado Estado Islámico (Daesh en árabe) se adueñó de grandes porciones del territorio sirio, particularmente en el noreste, el Ejército de la República Árabe y sus aliados ya han recuperado casi el 100 por ciento.
Guta Oriental como último enclave
El último suburbio dominado casi por completo por los terroristas es Guta Oriental, donde predominan las fuerzas del Frente al-Nusra y de Yeish al-Islam. Allí no dejan que los civiles salgan de las zonas bajo su control y torpedean los canales humanitarios.
Tan solo dos convoyes humanitarios han logrado entrar a la zona y 100 civiles han logrado salir del enclave situado a las afueras de Damasco (capital), informan fuentes internacionales como el Centro ruso para la Reconciliación en Siria.
Unidades del Ejército han logrado avances a pesar de las dificultades del terreno, dado que en algunos casos se han visto obligados a acercarse a posiciones del Frente al-Nusra por medio de túneles subterráneos.
Además, se conoce que el Frente al-Nusra utiliza como “escudos humanos” a los civiles presentes en Guta Oriental, ya sea para evitar la entrada de ayudantes internacionales o para aprovecharse de la situación para contragolpear.
Fake news sobre Guta
La operación del Ejército sirio para liberar de los terroristas las cercanías inmediatas de la capital se enfrenta tanto con una fuerte resistencia de los extremistas como con una presión mediática récord apenas vista desde las infames histerias de los medios de los países occidentales sobre la situación en el este de la ciudad de Alepo.
Así lo refirió el periodista Andréi Kots en un artículo para la agencia Sputnik Nóvosti, en el cual narra cada una de las dificultades para retomar Guta Oriental. La liberación del suburbio está en su fase inicial, así que "es de esperar la aparición de nuevas noticias falsas desde la zona" en las semanas venideras, asegura.
Medios de comunicación que basan sus reportes en el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG abiertamente opositora a Bashar al-Assad, cuya sede se encuentra en Londres, y a los Cascos Blancos, que han sido acusados de fabricar pruebas, intentan desvirtuar la realidad.
Sea para desacreditar a Rusia o para promover una invasión a Siria, uno de los elementos comunicacionales más recurrentes es el “uso de armas químicas”, que han achacado tanto a las fuerzas de Damasco como a las de Moscú.
Sin embargo, no se han presentado pruebas certeras y verificadas por los respectivos mecanismos de Naciones Unidas para ello. En cambio, las Fuerzas Armadas de Siria han encontrado instalaciones clandestinas en las que organizaciones terroristas fabricaban sustancias químicas y venenosas.
“Las tropas gubernamentales de Siria han hallado en la localidad de Chifonia un taller de fabricación de sustancias químicas, entre las cuales se encuentran diferentes tipos de ácidos, como el cloro”, informó el pasado 13 de marzo un reportero de la agencia estatal SANA.
"Es evidente que cuantos más éxitos logre el Ejército sirio, más acusaciones harán en su contra los países occidentales", añadió Kots en su texto.