El huracán María, que arrasó con Puerto Rico en septiembre de 2017, habría matado a más de 4.600 personas, una cifra unas 70 veces superior a la estimación oficial de fallecidos, revelaron el jueves investigadores.
El gobierno reportó un balance de 64 muertos, pero expertos de la Universidad de Harvard sostienen que el recuento se complicó por los cortes energéticos y la devastación generalizada a causa de la tormenta, que dejó 90.000 millones de dólares en daños y es considerada la tercera más costosa en Estados Unidos desde 1900.
Otras investigaciones independientes estimaron el balance de muertos en cerca de 1.000, pero las últimas estimaciones compiladas por los expertos elevaron la cifra a 4.645 fallecidos entre el día de la tormenta, el 20 de septiembre, hasta el 31 de diciembre de 2017.
En comparación, el poderoso huracán Katrina, el que más ha costado en la historia estadounidense, registró en 2005 un balance de muertos mucho menor, estimado en 1.833 personas.
La mayoría de víctimas fatales causadas por María fue por la interrupción en los servicios de salud a raíz de los cortes de energía y el bloqueo o destrucción de carreteras, según el estudio publicado en el diario de medicina The New England Journal of Medicine.
"Aproximadamente un tercio de las muertes posteriores al huracán fueron reportadas por familiares como causadas por un acceso tardío o impedido a la atención médica", agregó el informe.
Poca atención del gobierno central
Los datos revelaron un aumento de 62% en la tasa de mortalidad posterior al huracán María -comparado con el mismo periodo de 2016- dando un total de 4.645 fallecidos.
"Nuestras estimaciones son aproximadamente consistentes con los reportes de prensa que evaluaron las muertes en el primer mes posterior al huracán", añadió el informe.
Los investigadores no lograron comparar sus estimaciones con el balance más reciente del gobierno porque éste les negó el acceso a la información.
El gobierno de Puerto Rico dejó de publicar sus datos sobre las muertes causadas por María en diciembre de 2017.
"Estos números servirán como una importante comparación independiente a las estadísticas oficiales del registro de muertos, que actualmente son reevaluadas y subrayan la falta de atención del gobierno de Estados Unidos a la frágil infraestructura de Puerto Rico", indicó el estudio.
Metodología
Los investigadores visitaron aleatoriamente 3.299 hogares en Puerto Rico, un territorio estadounidense con unos 3,3 millones de habitantes, y utilizaron los criterios del Centro para Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos para determinar si la muerte causada podía considerarse como consecuencia del huracán.
Por definición, esto implicaría situaciones vinculadas a la tormenta como escombros voladores o condiciones inseguras o insalubres, incluida la pérdida de servicios médicos necesarios, en los tres meses posteriores al huracán.
Las encuestas se realizaron entre enero y febrero de 2018, en un periodo en el que los investigadores observaron que "muchos encuestados aún estaban sin (servicios) de agua y electricidad".
"En promedio, los hogares permanecieron 84 días sin electricidad, 64 días sin agua, y 41 días sin cobertura para celulares", detalla el estudio.
Para evitar un sesgo, los entrevistados no recibieron un pago por sus respuestas y fueron informados de que sus respuestas no les darían ayudas adicionales del gobierno.
Si algún miembro de una familia era reportado como desaparecido, pero aún no había confirmación de su muerte, la investigación lo contabilizaba como vivo.