Desde hace dos décadas, los gasistas matriculados de la provincia bregan por una ley de creación de su propio colegio. Actualmente, responden a "una normativa a nivel nacional que rige desde Ushuaia hasta La Quiaca", que no atiende particularidades ni se ocupa del tema de la colegiación. Y mientras tanto, despliegan un oficio en el que trabajan, ni más ni menos, "con la vida de la gente".
Así lo advirtió por "De Diez" el vicepresidente de la cámara que nuclea al rubro en Santo Tomé, Adrián Slavner. El especialista contó que en 1998 se presentó un proyecto en la Legislatura que obtuvo media sanción en Diputados, pero quedó trabada en el Senado. Desde entonces, sólo se produjo un intento fallido en 2017, que ni siquiera llegó al recinto. Por eso, ahora están redactando una nueva iniciativa, con el apoyo de las dos legisladoras electas por el flamante bloque "Somos Vida".
"Los gasistas somos actores fundamentelas en la relación entre las distribuidoras de gas y el cliente", señaló Slavner, y recordó que "hay listados de gasistas matriculados", pero "esos listados no hablan de idoneidad, de capacidad ni de ética". De allí que haga falta la colegiación.
Otro de los motivos por los que resulta fundamental es la necesidad de capacitación. Slavner comentó que una vez que después de recibir la matrícula, nadie les exige actualización alguna, aunque pasen muchos años.
"Nosotros manejamos la vida", insiste.