El pasado jueves, el plantel decidió romper con la concentración que había ordenado Diego Osella antes del último amistoso de pretemporada frente a Newell's, debido a que exigían la presencia de los dirigentes ante lo que consideraban una deuda en cuanto a sueldos y premios por haber disputado la final de la Copa Sudamericana.
Esto no era algo nuevo, debido a que en el arranque de la pretemporada, Guillermo Ortiz hizo pública la situación en cuanto al reclamo de premios y demás deudas, lo que consideraba que habían llevado al desgaste con los dirigentes por el cual pretendía una salida del club.
Entonces el presidente José Vignatti, el vice José Alonso y el mánager Francisco Ferraro se hicieron presentes en el Predio, donde se juntaron con los jugadores para intentar solucionar dicho inconvenientes.
Lo llamativo ocurrió con Luis Miguel Rodríguez, el capitán dle equipo que salió a aclarar la situación y desconoció cualquier tipo de reclamo por premios e incluso que la dirigencia tenga deudas para con el plantel, contradiciendo de esta manera lo expresado por Ortiz y la decisión que habían tomado de no seguir concentrados.
Y este jueves, en el último entrenamiento antes de emprender el viaje a Santiago del Estero para el partido del próximo sábado a las 19.40 ante Central Córdoba de Santiago del Estero, que marcará la reanudación de la Superliga para el Sabalero, un grupo de barras se hizo presente en el Predio.
Allí pidieron hablar con los jugadores, donde les reprocharon acaloradamente el reclamo que le hicieron a los dirigentes por los supuestos premios adeudados, mientras que también se les habría solicitado dinero.
Esta situación se suma a la gran incertidumbre acerca de lo que ocurre con Brian Fernández, que por cuarto día consecutivo no se presentó a entrenar, en una situación que está lejos de ser la ideal para un plantel que comenzará el 2020 con la firme intención de mantener la categoría, presentando una situación muy complicada en cuanto a dicha tarea.