Entre la dirigencia de Colón y la representación de Tomás Chancalay no habría buenas migas. Una comunicación que hace algunas temporadas era muy fluida y que en los últimos meses dejó de serlo. ¿El motivo? La falta de predisposición de ambas partes cuando se buscaron acuerdos.
Ahora habrían aflorado todavía más, ya que el volante oriundo de Viale, Entre Ríos, entrará desde el 1 de julio en el año final de su contrato establecido por tres temporadas y la idea del club es avanzar en una propuesta de renovación y así ponerle candado. Mucho más después de los rumores de un posible interés de River.
Sin embargo, José Vignatti y compañía no habrían podido comunicarse con el representante, Adrián Rouco (quien maneja también a Carlos Tevez), y la incertidumbre empieza a crecer. Al parecer, quedan resabios de un pedido de mejora salarial en su momento y ahí radicaría el desplante ahora, tal como pudo averiguar el equipo Diez en Deportes.
Un futbolista con un importante potencial a sus 21 años (1 de enero de 1999), pero que todavía no pudo explotar en Primera División. En esta cuarentena trascendió que Marcelo Gallardo lo habría apuntado, pero basado en que quedaba libre a fin de mes, cosa que no es así. Pero si se hila fino, la vuelta del fútbol no pinta para ser en el corto plazo y Chancalay podría firmar un precontrato a partir de enero con otro club.
Colón no quiere que suceda lo mismo que con Gerónimo Poblete en su momento (que directamente se negó a contemplar una propuesta) y el último caso de Braian Galván, y busca entablar conversaciones para asegurarse a una de las joyitas de las inferiores, sin embargo, por ahora no pudo ser posible. Hay tiempo todavía para intentar cristalizar un arreglo, pero estos cortocircuitos preocupan.
Por lo pronto, el jugador sigue trabajando a las órdenes del profesor Pablo Santella y del entrenador Eduardo Domínguez, aguardando la confirmación de la vuelta a los entrenamientos.