De a poco las aguas se están calmando en Colón. Más que nada por el acuerdo que concretó la dirigencia con los jugadores que intimaron al club por deudas. Una situación que encendió las alarmas, ya que, si no había una efectivización, estos miembros del plantel podían pedir la libertad de acción, perdiendo el club una gran parte de su capital.
Pese a todo, todo estaría acomodado y normalizando, pese a los cambios que hubo que hacer con el positivo de coronavirus de Brian Fernández, que está aislado y en buen estado de salud. Producto de todo esto, el plan de trabajo tuvo que variar para seguir e impulsar la segunda fase de entrenamientos elevado por la AFA.
Así y todo, el humor del entrenador Eduardo Domínguez no sería el mejor. Por lo que pudo saber Diez en Deportes a través de Julio César Canteros, podría pensar en pegar el portazo si vuelven a suceder este tipo de situaciones. No estaría enojado, pero sí quizás intranquilo. A eso hay que sumarle que Colón aún no pudo avanzar en refuerzos producto de la necesidad que había de cumplir son los saldos.
El Sabalero comenzó este lunes la segunda semana de trabajo en el predio Ciudad Fútbol con un estricto protocolo y el técnico sigue todo al detalle, esperanzado en que todo sea con absoluta normalidad dentro de la atípica situación. Pero la crisis económica está latente ante la ausencia de fútbol.
Hoy son solo hipótesis, donde asoma la última semana de septiembre, pero la pandemia del coronavirus pone todo en jaque y por ahora lo que impera es la incertidumbre. Así estaría hoy Domínguez en un Colón que precisa de una nueva mentalidad para espantar los fantasmas que lo llevaron a pelear por el descenso.