Llega la época de pileta, donde una de las cosas más comunes allí es exponer nuestra boca y fosas nasales. Y ahí se plantea el interrogante: ¿Qué pasa con respecto al coronavirus?
Una de las tres formas de contraer el coronavirus que reconocen las autoridades sanitarias internacionales es a través del contacto con las gotitas de saliva de un infectado. Y una duda que surgió es saber si el agua de una pileta puede ser entonces un foco de contagio.
Sobre este tema, el docente de las licenciaturas en Biotecnología y Bioinformática de UADE, Martín Vadillo, explicó al portal Con Bienestar que no hay peligro directo en el agua de una pileta, aunque sí en la superficie y en el entorno de la zona de esparcimiento.
“El agua no debería ser una fuente de contagio, porque cualquier secreción que caiga allí se diluye muy rápido y además hay cloro en una concentración capaz de inactivar el virus”, señaló.
Es importante controlar que esa concentración de cloro sea la adecuada. Para prevenir posibles contagios no relacionados con el ambiente acuático pero sí con lo que implica, por ejemplo, asistir a una pileta en un club, es importante contar con un protocolo adecuado de distanciamiento, control de la temperatura de los que ingresan y desinfección de espacios comunes. En ese sentido, el riesgo de contagio no está relacionado con el agua, sino con lo que ocurre en la superficie o en los alrededores.
“Si estamos dentro del agua, pero manteniendo una conversación a menos de dos metros de distancia, sin tapabocas y en una pileta cubierta, vamos a correr el riesgo de contagiarnos por vía aérea. Lo mismo ocurre en los vestuarios y espacios comunes alrededor de la pileta. Sin cuidados, el riesgo siempre está presente”, destacó Vadillo.
Un protocolo para que las piletas sean seguras debería contemplar los siguientes elementos:
– Un sistema de turnos que evite sobrepasar la capacidad máxima de personas autorizadas.
– Control de temperatura y ausencia de síntomas de quienes ingresan.
– Vestuarios con ventilación natural y cuyo único uso permitido sea el cambio de ropa.
– Desinfección de superficies.
– Dispensadores de alcohol en gel ubicados en lugares accesibles.
– Distanciamiento entre personas.
– Uso de tapabocas cuando no se realiza actividad física.
Además, idealmente debería ser descubierta. En caso contrario, debería contar con una buena ventilación natural. Por otro lado, el agua tendrá que controlarse a diario para garantizar que sea segura.