Alejandro Fantino expresó este martes la profunda angustia que siente por los severos daños que causó el avance del río sobre la barranca donde está ubicada la casa de su familia en Sauce Viejo. Y no es para menos, los terrenos de la propiedad de su padre, que falleció en junio del 2020, cedieron ante la fuerza de las aguas.
En el cierre de “Fantino a la tarde”, magazine que conduce por América, el periodista sorprendió a su producción cuando pidió que pusieran al aire unas fotos que acababa de recibir. Las imágenes mostraban cómo se había desmoronado parte del terreno de la casa en la que pasó gran parte de su vida en Sauce Viejo.
“Parece increíble, mi papá siempre decía ‘cuando yo me muera, esta casa se la va a llevar el río’. Lo decía todo el tiempo”, reveló Fantino al comenzar su relato ante la sorpresa de sus compañeros de trabajo. Después, contó cómo se enteró de la noticia. “Me llama por teléfono un íntimo amigo y me dice ‘se fue la mitad de la casa al agua’”, afirmó.
Fantino explicó que el sector donde se encontraba la pileta se había derrumbado por completo. “Ahí, en enero, yo había puesto una hamaca paraguaya para ver el amanecer”, recordó el conductor, quien vaticinó que dado el avance del río, que se ha ido comiendo la barranca poco a poco, tiene miedo por lo que pueda pasar de aquí en más
En ese sentido, señaló que tiene el temor de que la casa no se mantenga en pie por mucho tiempo más: “Cedió la mitad del terreno. El río te socaba, es increíble cómo se la llevó. Quedarán unos años más de la casa. Después, ¿qué voy a hacer? Me voy a hacer una casa en un terreno de más atrás”, destacó visiblemente conmovido.
A lo largo de su relato, describió algunos de los espacios de la casa en los que compartió muchos momentos felices junto a su padre, Jorge, quien falleció el año pasado. “Esa escalera la hice yo junto a mi abuelo Juan cuando era chiquitito para que mi papá limpiara el techo del galpón donde guardaba las máquinas cosechadoras”, recordó.
Por último, Fantino le insistió a sus compañeros de piso en América para que visiten la ciudad santafesina: “Mirá lo lindo que está. Si quieren venir, la casa es de ustedes: son 400 kilómetros por autopista”, los animó. Ellos, compartiendo el dolor de su colega, se comprometieron a ir a pescar, a comer asado o a descansar en una hamaca paraguaya.