La visión de Miguel Cortijo. El todo de Marcelo Milanesio. La picardía de Facundo Sucatzky. La adrenalina de Marcelo Richotti. El desparpajo de Lucas Victoriano. La potencia de Alejandro Montecchia. La elegancia de Gabriel Cocha. El talento de Nicolás Laprovíttola. La explosión de Facundo Campazzo. La magia de Luca Vildoza. La personalidad de Nicolás Aguirre. El coraje de Fernando Zurbriggen. José Vildoza transformado en guardia moderno. Si hay una posición en la que sobran cracks en la historia de la Liga Nacional es la del base. Petisos. Altos. Veloces de pineras. Rápidos de cabeza. Con tiro letal. Con pase profundo. Bases para todos los gustos.
La partida hacia Europa de Pepe (Croacia) y Fernando (España) ha dejado un interrogante para la actual Temporada: ¿Quiénes discutirán el premio al mejor armador? Hay varios apellidos a tener en cuenta, aunque hay uno que sobresale: combinando su año en Regatas y este inicio en Boca, Leandro Vildoza tiene todo para transformarse en un gran líder y, porqué no, ser tenido en cuenta por Néstor García para las Ventanas Eliminatorias.
Equipo. Él piensa en el equipo. Toda su energía está puesta en cómo unificar las polivalentes herramientas que tiene Boca para que el funcionamiento colectivo esté por encima del talento individual, algo que Gonzalo García ama.
El pase. Adora generar. Ha demostrado que no necesita meter puntos para sentirse trascendente. Disfruta más cuando crea ventajas a partir de su lectura y ejecución, tanto a campo abierto como en ataque fijo. Su pase tras bote a una mano es genial, quizá el mejor de la Liga.
El tiro. Lo ha mejorado, sí. Está más vertical y agresivo luego de bloqueo directo para sumar con su rango medio. Aunque lo más importante pasa por el lanzamiento de 3 puntos: es, quizá, el aspecto más importante a mejorar para subir su vara. No porque no la meta, sino para subir tanto sus porcentajes como alargar su rango. Ah, por cierto: cuanta más presión lleva el tiro, por ser contestado o con la chicharra asfixiándolo, más cómodo se siente. Vaya personalidad.
La defensa. No hay entrenador que no quiera en su equipo a un tipo que juega al límite cada defensiva, incluso arriesgando su físico. No sólo provoca incomodidad al base rival con su presión al balón, sino que usa muy bien las entrelíneas para achicar espacios. Rápido de manos, pícaro. Y con un plus poco habitual en su posición: se compromete con el rebote para poder generar ataques rápidos con pases largos.
Leandro Vildoza aun está en época de formación personal y en plena construcción de equipo en Boca, uno de los candidatos al título. Transformarse en líder le llevará apenas unas semanas. Su combo de carácter, carisma y hambre se encargarán de exponerlo como a uno de los mejores nacionales de la Temporada. Teléfono, Che.