"Tengo sentimientos encontrados, porque fui a ver una fiesta. Más allá del resultado, estaba todo dado en el estadio por el colorido", contó en exclusiva con De Diez, Guillermo Ibarra, hincha de Gimnasia que estuvo en medio de los incidentes durante el partido ante Boca, donde la policía tuvo una actuación protagónica.
Mientras se buscan esclarecer los hechos que depararon en la suspensión del cotejo de la 23ª fecha, el simpatizante relató los momentos angustiantes: "Fui con tiempo a la cancha, porque al venderse entradas, se corría el riesgo de que haya infiltrados. Por eso había que ser responsable en ese sentido. A las 21 estaba lleno como en anteriores partidos y por eso tengo mis dudas si esto no venía todo mal desde antes. Lo que se vivió no fue por la gente que había adentro".
"Lo que falló es el operativo policial. Cómo va a llegar sin entrada o con entrada trucha hasta la puerta de la cancha en un partido de alto riesgo. Se esperaba un gran marco, entonces no sé por qué el operativo no empezó cuadras antes si es que ese era un problema", contó.
"Entre una hora antes del partido y me cacharon cinco metros antes del ingreso, en una tribuna de riesgo. Apenas me palparon. El operativo estuvo mal armado y lo que pasó fue consecuencia de eso. Se pueden atacar con eso un montón de cabos, con gente mal por los gases", narró.
Asimismo, Guillermo fue enérgico: "Fue represión policial y emboscada, porque los que estábamos en la tribuna y no habíamos hecho nada, no podíamos salir de la cancha porque afuera nos devolvían gases. Lo que se escuchaban de afuera eran tiros. No se podía entrar al campo de juego porque las rejas estaban cerradas y nadie del club vino a abrirlas. Tuvimos que romperlas para ingresar".
"Mientras la gente se ahogaba, apareció la policía para abrir las puertas, pero tiró un gas lacrimógeno y la volvió a cerrar cuando el problema no era adentro sino afuera. Hubo represión adentro y afuera de la policía", fustigó.
Pero no quedó solo en eso: "En el momento que me voy, saliendo del baño me encuentro con una chica que no podía respirar y estaba tirada en el piso. Éramos cuatro que le intentábamos dar aire, sin saber si era bueno o malo. La intentaron llevar a una ambulancia que estaba a 300 metros, pero las puertas estaban cerradas, porque el operativo de seguridad así lo dispuso. Solo la abrieron para tirar un gas a la tribuna".