Cuando la segunda parte de la temporada estaba dando sus primeros pasos se conoció que en el plantel de Unión estaba trabajando el lateral izquierdo uruguayo Jairo O'Neil, cuya llegada fue propiciada por la secretaría técnica encabezada por Roberto Battión, más allá que se había contado con el visto bueno de Gustavo Munúa.
El uruguayo venía de salir en conflicto de Peñarol de Montevideo, que sabiendo que O'Neill estaba trabajando en Unión avisó que pretendía una cifra muy importante en dólares, lo que parecía que esta llegada traería aparejada un conflicto de intereses. Sin embargo, el jugador siguió trabajando con el plantel.
Se esperaba que de un momento a otro Unión informe de su contratación, aunque se especuló que la misma se realizaría en los primeros días de enero.
"Luego de estar casi un mes sin entrenar en Los Aromos debido a que el 31 de julio se terminó el contrato del lateral izquierdo de 21 años con el club mirasol, el jugador y su representante manejaban varias ofertas del exterior pero ninguna se concretaba hasta que apareció la del Tatengue", había informado en su momento El País.
Diez en Deportes, en tanto, había adelantado que el vínculo que uniría al futbolista uruguayo con Unión de Santa Fe sería por cuatro años, pero el club argentino debe negociar una cifra con Peñarol por los derechos formativos de O’Neill ya que al estar en condición de libre la institución aurinegra no recibirá dinero alguno por el pase al equipo de la vecina orilla, pero si está obligada a percibir una suma por los derechos de formación.
Y es ahí donde radicaba el problema para Unión ya que el club santafesino debería abonarle unos 320.000 dólares a su par carbonero para poder inscribir a O’Neill en el fútbol argentino.
Por lo que pudo averiguar Diez en Deportes, finalmente O'Neill no será refuerzo de Unión, como consecuencia que en estos meses que estuvo entrenando con el plantel no colmó las expectativas futbolísticas que tenía Gustavo Munúa, quien pidió por la continuidad de Claudio Corvalán.