El jefe de seguridad del boliche Le Brique, donde se originó la pelea entre los rugbiers y Fernando Báez Sosa, dijo -en el contexto del juicio- que "nunca" vio algo igual a cómo le pegaron al joven en Villa Gesell, a quien mataron ese 18 de enero de 2020.
"Nunca ví nada igual, era saña. Hace 20 años que trabajo de esto y nunca vi nada igual, todo patadas", dijo, mientras lloraba, y agregó que después de eso estuvo "cuatro días sin dormir".
Alejandro Muñoz, el jefe de seguridad de 2,03 metros de alto, incluso relató que le costó sacarlo a Máximo Thomsen del boliche luego de un incidente que protagonizó junto a su grupo y el de la víctima.
También recordó que tuvo que sacarlo con otro compañero por una puerta lateral y que dio aviso a la Policía en la puerta por el estado violento en que estaba el principal acusado de atacar directamente a Fernando.
Muñoz dijo que al instante lo llamaron, salió a la puerta y ahí vio "cómo se turnaban" los rugbiers para pegarle, sobre todo patadas. Incluso después que le dieron la primera, cuando "Fernando no se levantó más".