“Mis hijos no son asesinos, son chicos, son adolescentes, son 'vagos' como le decimos, pero no puedo creer por lo que se les está acusando”, dijo Mauro Pertossi -quebrado- en la 12a audiencia por el crimen de Fernando Báez Sosa, en la que fue advertido que podía abstenerse de declarar en contra de sus hijos, Luciano y Ciro. También es tío de Blas Cinalli y Lucas Pertossi.
El testigo contó que después del episodio ocurrido hace casi tres años fue desvinculado de su trabajo en Toyota, donde trabajaba hacía 25 años. “Hemos pasado necesidades. No consigo trabajo y el sostén de mi familia es mi esposa. Las cosas no salen bien, he recibido amenazas, están hechas las denuncias”, declaró.
“Es una desgracia. Uno cree que las cosas están encaminadas en la vida, llega esto y no sé qué pensar. No puedo creer que estemos viviendo este momento”, cerró. La querella no le hizo preguntas, al igual que tampoco la Fiscalía.
Mientras eso ocurría, se observó llorar a Ciro Pertossi, quien en el arranque de la jornada del martes pidió la palabra para manifestar que "no le pegó la patada" a Fernando Báez Sosa porque "cuando lo vio en el piso frenó". Luego, le tocó el turno de declarar a Eduardo Benicelli, papá de Matías, quien también se quebró durante su declaración: “Nunca imaginé pasar una situación así”.
“Fueron tres años de mucho dolor, hay mucho dolor, no hay día que no me levante con insultos”, expresó el hombre cuyo relato estuvo atravesado por el llanto y continuó: “Es un dolor terrible para todos y es terrible lo que se dice”.