25 años. Esa es la media de tiempo que una persona pasa durmiendo a lo largo de su vida. Lo habitual es que un ser humano duerma entre 6 y 8 horas diarias, por lo que en el cómputo de su vida, invierte un cuarto de siglo en dormir.
También relacionado con dormir, una persona pasa cuatro años de su vida soñando, aunque la mayoría de sueños no se recuerdan al despertar.
Acciones tan cotidianas y biológicas como el dormir, emplean una cantidad de tiempo que pasa casi desapercibida en el día a día, pero que a lo largo de los año va acumulando tiempo. Ocurre lo mismo con estar de pie o sentado. En el primer caso, una persona pasa una media de cerca de 30 años en esa posición, mientras que se invierten unos 16 años en estar sentado.
El tiempo invertido en alimentarse es de unos 8 años y en hacer deporte 1 año y tres meses aproximadamente. Uno de los datos curiosos es que se invierten ocho días de vida en saludar.
Las distinciones por género también influyen en la inversión del tiempo: a lo largo de su vida, una mujer invertirá 531 días en vestirse, mientras que un hombre lo hará en menos de la mitad, 177.
Aunque para muchas personas ir a trabajar ocupa gran tiempo en sus vidas, en el computo total son unos 10 años. También hay actos considerados molestos o irritantes en los que al ser humano no le queda otro remedio que invertir tiempo. Por ejemplo, en guardar cola, que a lo largo de la vida, suma unos 500 días; o en llorar, en que se invierten 50 días. La burocracia es otro de los grandes aspectos considerados una pérdida de tiempo pero al final de la vida, el ser humano habrá pasado de tres a seis días cumpliendo con los ingresos fiscales.