En un esfuerzo por combatir el uso de ad-blockers, YouTube implementó una medida polémica: ralentizar la carga de videos para aquellos usuarios que tienen instalados bloqueadores de publicidad. Esta táctica busca desincentivar el uso de ad-blockers y llevar a los usuarios a considerar la suscripción al servicio premium de la empresa.
El modelo de negocios de YouTube se basa en dos fuentes principales de ingresos: los anuncios de terceros y las suscripciones. Aquellos que optan por la suscripción premium obtienen beneficios como la eliminación de anuncios externos, mayor calidad de imagen en algunos videos y acceso a YouTube Music, competidor de Spotify.
A pesar de esfuerzos previos, el uso de ad-blockers sigue siendo significativo. Previamente, la compañía había tomado medidas como prohibir ciertas aplicaciones en la tienda de aplicaciones de Android (Play Store) y mostrar mensajes emergentes a los usuarios que utilizan ad-blockers, instándolos a aceptar anuncios para seguir viendo videos.
Sin embargo, a fines del mes, la empresa recurrió a una nueva estrategia que implica ralentizar la reproducción de videos, lo cual generó una experiencia de usuario deficiente para aquellos con ad-blockers. Aunque esta táctica busca presionar a los usuarios para que consideren la suscripción premium, algunos expertos advierten que podría no ser completamente legal en ciertas regiones del mundo, tal como es el caso de Europa.
La Unión Europea posee el Reglamento sobre Neutralidad de la Red a través del cual se reconoce que las personas usuarias de los servicios digitales no deben ser objeto de un trato discriminatorio. Este principio busca garantizar que los proveedores de servicios de internet (conocidos como ISP) traten de manera igualitaria todos los datos o el tráfico que circulan por sus redes, sin importar el contenido, la aplicación, el origen o el destino de esos paquetes de datos.
“Puntualmente, si se constata que Youtube está ralentizando la carga de contenidos en perjuicio de aquellos usuarios que han optado por utilizar un navegador distinto del de Google, entonces se estaría violando claramente dicho reglamento”, señaló Lucas Barreiro, abogado especialista en protección de datos personales, en diálogo con Infobae.
Barreiro, además, mencionó otra de las medidas de la plataforma estadounidense que va en contra de las leyes. “Hace apenas dos meses, usuarios europeos informaban que, al acceder a YouTube, se les presentaba una ventana emergente que les impedía reproducir contenido a menos que desactivaran dichas extensiones. Acá surge otra normativa menospreciada: la mal llamada “ley de cookies” – artículo 5.3 de la Directiva europea sobre privacidad y comunicaciones electrónicas, conocida comúnmente como Directiva ePrivacy”, contó.
Y explicó: “Esta norma requiere, en principio, que el usuario dé su consentimiento previo para la inclusión de cualquier dispositivo que almacene o acceda a la información en su equipo terminal. La supuesta ambigüedad del texto legal permitió que, durante un tiempo, los prestadores digitales cuestionaran su alcance, aludiendo que la norma se refería estrictamente a las cookies propias”.
“Sin embargo, recientemente, el Comité Europeo de Protección de Datos ratificó la postura de la Comisión Europea, poniendo fin a este absurdo y aclarando que la inserción de scripts que detectan el uso de ad-blockers se encuentra comprendida en la norma. De hecho, hubo también demandas”, cerró.
A pesar de los esfuerzos de YouTube, la guerra contra los ad-blockers sigue siendo un desafío considerable. No obstante, las continuas iniciativas que lleva adelante la plataforma de video sugiere evaluar la validez de estas con las normativas vigentes en cada país del mundo. Por el momento, a pesar de esta problemática, la compañía continuará evaluando estrategias para contrarrestar el uso de ad-blockers y mantener su modelo de negocios.