Investigadores de la Universidad Estatal de Michigan, Estados Unidos, han vuelto a confirmar en un estudio reciente que aproximadamente uno de cada cinco adultos en Michigan, equivalente a más de 1,6 millones de personas, elige conscientemente no tener hijos. Este hallazgo, que se alinea estrechamente con una estimación anterior, sugiere que una parte significativa de la población está optando por un estilo de vida sin hijos.
La revelación inicial el verano pasado de que casi 1.7 millones de adultos de Michigan no tenían hijos había sorprendido a muchos. Ahora, estos datos han sido validados en un estudio de seguimiento publicado en PLOS ONE, arrojando más luz sobre este cambio social.
Comprender por qué las personas eligen vivir sin hijos se ha convertido en un área de estudio cada vez más importante. Históricamente, la mayoría de los adultos ha tenido hijos, ya sea por elección o por las circunstancias del caso. Sin embargo, en las últimas décadas, un número creciente de personas está eligiendo una vida sin hijos. Este cambio llevó a los investigadores a explorar las razones detrás de esta decisión, cómo estos individuos difieren de los padres y otros no padres, y cómo son percibidos en la sociedad.
“Se ha hablado mucho de la disminución de las tasas de fertilidad en Estados Unidos y en todo el mundo. Al mismo tiempo, más personas han sido abiertas sobre su decisión de no tener hijos. Queríamos comprender mejor a estas personas sin hijos, sobre todo porque todavía no se incluyen con frecuencia en la investigación académica”, explicó la autora del estudio, Jennifer Watling Neal, profesora de psicología de la Universidad Estatal de Michigan.
Las experiencias de las personas sin hijos
“Hay algunos buenos estudios cualitativos de las experiencias de las personas sin hijos, pero muchos menos estudios cuantitativos con grandes muestras representativas. En particular, muchos estudios representativos más grandes han agrupado a los adultos sin hijos con otros tipos de personas que no son padres, incluidas las personas que planean tener hijos en el futuro y las personas que querían tener hijos, pero no pudieron tenerlos debido a circunstancias médicas o sociales”.
El estudio, realizado por el Instituto de Políticas Públicas e Investigación Social de la Universidad Estatal de Michigan, incluyó una encuesta exhaustiva de 1,000 adultos. Los participantes de la encuesta fueron cuidadosamente seleccionados para representar a la población adulta del estado en términos de género, edad, raza y nivel de educación. La recopilación de datos se llevó a cabo en abril de 2022, lo que garantizó que los hallazgos estuvieran actualizados y fueran relevantes.
“Al hacer una serie de preguntas sobre si las personas tienen o quieren tener hijos, podemos distinguir varias categorías de adultos, incluidos los padres, los que aún no son padres y las personas que no tienen hijos”, explicó Neal. “Lo que hace que nuestro trabajo sea único es que nos centramos en si la gente quiere tener hijos, no en sí pueden tenerlos. Esto nos permite distinguir a las personas sin hijos que no quieren tener hijos, de las personas sin hijos que quieren tener hijos, pero no pueden tenerlos”.
El estudio también exploró cuándo las personas sin hijos tomaron su decisión. Encontró que la mayoría tomó esta decisión durante sus mejores años fértiles, en la adolescencia o en la veintena. Esto desafía la creencia común de que no tener hijos es una decisión que se toma más tarde en la vida.
Una creencia prevalente con respecto a la libre elección de tener hijos es la posibilidad de arrepentimiento más adelante en la vida. El estudio, sin embargo, no encontró evidencia sustancial que respalde esto. Los adultos mayores que no tienen hijos no experimentan más arrepentimiento de la vida que los padres mayores. De hecho, el estudio indica que los padres mayores podrían tener un poco más de deseo de cambiar aspectos de sus vidas que sus contrapartes sin hijos.
“A las personas sin hijos, especialmente a las mujeres, a menudo se les dice que no estarán satisfechas con la vida o que se arrepentirán de su decisión más adelante”, dijo Neal. “En este estudio, comparamos cuánto dijeron los adultos de 70 años o más que querrían cambiar algo en su vida, en otras palabras, si se arrepentían de cómo había ido su vida. No vimos ninguna diferencia entre las personas sin hijos y los padres. Esto sugiere que las personas sin hijos son similares a otras en términos de satisfacción con la vida y, a menudo, no se arrepienten de su decisión más tarde”.
Por último, el estudio también exploró la calidez interpersonal, es decir, cómo se sienten las personas con respecto a las personas sin hijos en comparación con los padres. Se encontró que los padres generalmente se sentían más cálidos hacia otros padres que hacia los adultos sin hijos. Este hallazgo es indicativo de un favoritismo dentro del grupo que existe entre los padres.