En Unión aún perduran los ecos de la goleada ante Independiente Rivadavia para recuperar confianza y descomprimir una situación de suma tensión. Algo que hizo hablar en la previa al DT Cristian González, que hasta acá optó por solo hacerlo luego de los partidos.
Hubo mucha autocrítica y lavado de cabeza para no amilanarse ante un posible error en casa y que aprovechar el impulso de la gente. Algo que se venía dando en contra. Por eso, cuando entró la primera, luego cayeron los otros goles.
Fue cuestión de que se abriera el arco para encontrar la mejor versión hasta acá. Una victoria que sirvió para enterrar una racha adversa de cinco sin ganar en la Copa de la Liga y volver a ganar después de tres en el 15 de Abril, donde llevaba dos derrotas y una igualdad.
Por eso se sintió como un fuerte desahogo de todos. Primero por los jugadores y luego el cuerpo técnico, ya que la gente siempre está. Será cuestión de ratificar esta levantada el sábado que viene ante Sarmiento en Junín.