Las rachas están para romperse, dice el refrán y Unión cortó varias en el triunfo pasado ante Independiente Rivadavia. Por un lado, una victoria para encontrar algo de paz después de semanas a pura tensión y por otro, el envión que tanto estaba necesitado.
Amén de todo esto, le puso fin a una prolongada sequía de los delanteros con el tanto de Gonzalo Morales a los 2 minutos. Hacía 12 partidos que no mojaba un atacante. El último fue Nicolás Orsini, con un cabezazo para superar sobre la hora a Sarmiento en el estadio 15 de Abril en la fecha 8 del torneo pasado.
A partir de ahí, los aportes fueron de los volantes y los defensores. Era el gran lastre y el Tate lo pagaba en la tabla, ya que no podía capitalizar todo lo que generaba. En este duelo ante la Lepra mendocina prácticamente entraron todas las que antes iban afuera o sacaba el arquero.
Atrás de Toro se encolumnaron Mauro Luna Diale y Lucas Gamba. Será cuestión de ratificar este destape para que Unión puede ilusionarse con pelear por estar entre los cuatro de arriba.